miércoles, 22 de abril de 2009

Latet Anguis in Herba


Se lee de un tirón y se disfruta esta novela -planteamiento, nudo y desenlace- del fontanés Francisco Moreno Guerreo escrita a finales de los años 70. Recrea el ambiente rural de la Extremadura de postguerra y creo que el mayor mérito de sus páginas es saber mantener en vilo al lector preparando un sorpresivo desenlace, aunque esto lo haga cayendo en todos los lugares comunes que al sitio y a la época parecen serle propios; del cacique a la beata, del guardia civil a la viuda.
Aunque daremos la razón a los que nos dicen que Moreno Guerrero aprovecha el paisanaje para hacer una crítica a la sociedad del momento, se percibe como un permanente fondo gris la mezquindad, la miseria de la condicón humana. Esa es es la serpiente que late entre la hierba.
Al hilo del relato y junto a los personajes de la narración, se agradecen las referencias literarias que nos hace el autor y que nos dan la medida de sus intereses y sus aprecios, referencias que van del gran Manuel Alcántara al profesor Juan García Gutierrez, nada menos.

Uno le leyó al autor hace 20 años El crimen inulto de Rosarito Jesús, y desde entonces le había perdido la pista, así que estamos dispuestos a que dentro de otros 20 el mismo profesor García Gutierrez nos descubra una nueva obra de su amigo Francisco Moreno Guerrero. Y lo esperaremos en La materia del sueño.



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17 comentarios:

Buenos dias con Poesía dijo...

Estoy en Madrid en barajas, de 9 a 10.30 de hoy miercoles.Te podias acercar y te invito a cafe

Alfaraz dijo...

Así me gusta, avisando con tiempo.

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enrique dijo...

Tomando nota de los recomendaciones literarias.
Gracias.

garciguti dijo...

Francisco Moreno Guerrero era segedano (dígase mejor 'zafrense') sólo de adopción. Como tal (y debido a sus méritos como articulista y escritor) tiene en Zafra una calle dedicada. Pero su naturaleza (su pueblo natal, Fuente del Maestre) era la de ser fontanés de origen.
Moreno Guerrero tenía, al menos, dos novelas inéditas, además de las dos publicadas. Los títulos de esas dos obras inéditas eran "Historia de un tal José" y "El llanto de los espectros".
La muerte le impidió perfilar a su gusto estas dos novelas. Yo leí ambas, por deferencia suya, y porque me tomaba por asesor en algunas cuestiones lingüísticas. Eran relatos, como todos los suyos, interesantes. Para una de ellas llegué a escribirle un prólogo, que se publicó en la revista "Nuevo ÍNDICE",que dirigía Juan Fernández Figueroa.
Si la familia conserva los originales de aquellas otras novelas inéditas, podríamos (con su autorización) gestionar su publicación a través de la Editora Regional u otro organismo que quisiera colaborar.
Sería cuestión de consultar la opinión de los familiares sobre el particular.

Alfaraz dijo...

Muchas gracias, amigo Juan por ampliar la información, y corregido el gentilicio.
Cuando uno acaba de leer la novela se plantea si en Torrehalcón reflejaba a Fuente del Maestre o algún otro pueblo concreto del condado de Feria.
La descripción es muy precisa, incluida la referencia latina de la que te hizo partícipe.
Todo, en fin, anima a seguir conociendo al autor y a su obra.

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José Enrique Viola Nevado dijo...

Pues la verdad es que no conocía este autor y es una vergüenza por mi parte.

Si recuerdo a la editorial esquina viva y algún libro de esta casa rodará por la desvencijada biblioteca paterna.

Por cierto no sé como escogieron esa iglesia como de Sobrarbe o del Valle de Arán para la tierra donde nacían los dioses.

Buenos dias con Poesía dijo...

Desde luego que tiene buena pinta el autor. Veré si hay algo en la biblioteca. Entre el deporte, el trabajo, el blog y el Betis nunca tengo tiempo para leer. Ahora acabo de volver de viaje y me llevé dos libros que ni he abierto. Ahora en el Hotel NH había libros para los clientes y estuve leyendo un par de cuentos de Ruben Darío.

He leido también el enlace y lo que explica sobre la desaparición de la UCD me parece muy interesante.

Lo de Barajas es que estaba esperando el avion y me metí en una de esas máquinas de 1 Euro, 20 minutos, pero ya en serio un día nos tenemos que ver cuando vaya a los Madriles. Podiamos quedar en el Café Gijón o en el de la Plaza de Oriente. Lo echamos a suerte.

Alfaraz dijo...

Don Henry, yo tengo la impresión que su biblioteca familiar debe tener auténticas joyas de la bibliografía extremeña.
Si estuviera tan donosamente catalogada como la lolaroldaniana, sería el paraiso de los estudiosos regionales.

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Alfaraz dijo...

Muy bien, tu sigue así sin leer nada JL.
Luego cuando te invite otra vez Vigorra te entran las prisas y te lo quieres leer todo, y así no puede ser hombre.

Por cierto que se me ocurren 40 o 50 sitios para ir mejores que el Gijón, pero eso ya lo veremos.

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José Enrique Viola Nevado dijo...

Con un mes de retraso he leído su donoso comentario.

¡Hombre! Los últimos años del franquismo y la transición dejaron algunas huellas en la biblioteca paterna, pero mi progenitor se dedicaba más bien a las publicaciones cinegéticas (tenemos todos los trofeos, caza y pescas e ibertiros de aquellas décadas).

Respecto a la catalogación siempre ha sido un auténtico desastre y desde que nos hemos independizados, los hijos no hemos dedicado a saquearla a base de bien.

Alfaraz dijo...

Bueno D. Henry, entonces hágame caso: deje que sus hermanos se peleen por la biblioteca paterna y ud. reclame para sí el forito de Ambrosio.

Como consejero áulico no tengo precio, ya se habrá percatado.

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José Enrique Viola Nevado dijo...

Primero el forito de Ambrosio me da arcadas

Segundo ya tenemos el reparto hecho de los fondos que queden sin saquear:

La primogénita: libros de caza y el Cossio.
El Menda: El Espasa y las enciclopedias.
El segundogénito: todo los demás.
El benjamín: cualquier libro de las tres categorías antes reseñadas que en el momento del óbito se encuentren en la mesilla de noche paterna (este se llevs la parte del león).

Antonio Moreno dijo...

Agradecido por el recuerdo a mi padre a través de esta reseña, quisiera hacer notar que no, que mi padre era natural de Zafra. Y allí vivió hasta los 6 años cuando se trasladó a Fuente del Maestre. Pasó allí diez o doce años y, bastante joven, volvió a Zafra ya para quedarse.

Antonio Moreno

Alfaraz dijo...

Encantado con tu comentario, Antonio, que nos mantiene en la pista de la obra de tu padre. Te diré que conocí sus novelas gracias a un ahijado suyo y compañero mío de colegio en Fuente de Cantos.
Y te agradeceríamos igualmente cualquier pista que nos pudieras dar respecto a nuevas ediciones o difusión de su obra.
Un saludo desde Madrid.



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Antonio Moreno dijo...

Ese ahijado suyo será el hijo de mi padrino ;-). Lamentablemente mi padre sólo dejó publicadas dos novelas, las dos que mencionas, siendo la segunda póstuma. En casa tenemos otros dos borradores que, por desgracia, no alcanzan la calidad necesaria para plantearse su publicación. No tuvo tiempo para pulirlas. Curioso: yo también estudié, 4 años, en Fuente de Cantos, aunque antes que vosotros supongo, pues tengo 49.
Nada, un saludo y enhorabuena por tu blog.

Antonio

Alfaraz dijo...

Antonio, he querido mandarte un correo pero parace que no tienes el perfil habilitado. Quería comentarte algo, si no te importa jsancheo@hotmail.com



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Antonio Moreno dijo...

Te doy mi correo: hornacina arroba gmail.com

Saludos:
Antonio