martes, 19 de mayo de 2009

El último Giménez Caballero


No deja de ser una curiosidad que Ernesto Giménez Caballero muriera -ahora hace 21 años- en en plena octava de San Isidro, lo que podría ser un detalle de madrileñismo último que se quiso permitir. Seguro que el pasado fin de semana hubiera disfrutado mucho en la pradera del santo, viendo a todas esas niñas ecuatorianas vestidas de chulapas, todos esos nuevos madrileños asimilando el casticismo de primera generación. Y así me lo imaginaba yo, escribiendo uno de sus manifiestos delirantes y apasionados que podría ser Exaltación de Quito en la Pradera del Santo, o Perú, capital Madrid.

Como hay que volver siempre a los clásicos, llevo una semana con una antología de Gecé, en la que hay que destacar el prólogo siempre iluminador de José Carlos Mainer. Aunque ya se sabe que hay críticos que le otorgan a Giménez Caballero (y a algunos otros) la capacidad de separar en dos mitades su obra, limpiamente -como Moisés separaba las aguas- y de esta manera ya le pueden adjudicar a la primera parte fulgurantes destellos de vanguardia, y a la segunda todas las oscuridades de la reacción. Y tampoco es eso.

Claro que todo esto ya le hacía bastante gracia a Gecé en vida y parte le contó a Soler Serrano en una de aquellas entrevistas sin desperdicio.
Su penúltimo acto surrealista puede que fuera aquel de 1977,  cuando su hija mayor muriera en accidente, pidiendo la admisión al abad del Valle de los Caídos para acabar sus días como un monje más. El último, lo cuenta en sus memorias Román Gubern: cortejar a la periodista Maruja Torres cuando lo va a entrevistar con 84 años en su piso de la calle Canarias. Era proverbial la sordera de Giménez Caballero en sus últimos años, pero nadie nos habló nunca de que también fuera corto de vista.







10 comentarios:

Javier dijo...

Buenos días.

Algún día conseguiré "Genio de España" y lo leeré con delectación.

Cruel comentario el suyo (el de la vista, digo), pero acertado, sin duda.

Hutch dijo...

He llegado a este blog de casualidad buscando una foto de Leopoldo Panero, y tengo que decir que me gusta. Coincido con el anterior comentario: cruel y acertado.

Un saludo y gracias por "prestarme la foto".

Buenos dias con Poesía dijo...

Esas feas luego tocando el piano tienen que ser que ni Mozart. Que envidia me das con tu regularidad leyendo lecturas de antaño. Por cierto ¿te sonaba Alejandro Sawa?

enrique dijo...

Giménez Caballero siempre quiso ser ministro, pero a Franco le parecía un tipo raro. Todo lo más le nombró embajador en Paraguay durante largos años.
En una audiencia, en una muestra de absoluto surrealismo propia más del mismo Giménez Caballero, Franco le hizo la siguiente pregunta: Oiga Caballero, ¿usted porqué no es ministro?
El escritor y diplomático se quedó como podemos imaginar...

Alfaraz dijo...

¿Crueldad? señores... no exageremos.

Ángelus, esa foto procede de la web de García Nieto.Ya subiré algunos retratos del Panero original, la red está francamente escasa.

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Alfaraz dijo...

A Sawa claro JL. pero sobre todo conocía las historias que se cuentan de su vida misérrima, todas muy literarias.
Todavía tengo pendiente la biografía de tu amiga Amelina.

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Enrique, un Gecé ministro -por ejemplo- de Exteriores hubiera animado mucho la España de la época, seguro. Pero claro, el general bajito ya sabemos que era un soso.


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Morgenrot dijo...

¡ Ay , qué bueno Alfaraz !, siempre con ese sentido del humor que es para quitarse el sombrero.

Por cierto, estuve en Madrid esos días de San Isidro y tu perspicacia sobre los "nuevos" madrileñitos vestidos a la antigua usanza me llamó la atención, sobre todo por ser la mayoría de fuera.

Un fuerte abrazo

Enrique Baltanás dijo...

Divertida entrada, divertido GC.

Amparo dijo...

Creo que te equivocas al decir que era viudo en 1977. Su mujer de toda la vida era italiana y en 1991, muerto ya GiménezCaballero nos recibió en Madrid para darnos algunas cosas que había dejado a un amigo.

Alfaraz dijo...

Tienes razón Amparo, acabo de comprobar en la hemeroteca digital del ABC que Edith Sironi murió el 19 de noviembre de 1991. Imagino que mi error vino por la muerte de su hija mayor en accidente de tráfico. Gracias por el aviso.
Y estaría encantado de conocer más detalles de aquel en cuentro con ella.


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