martes, 12 de marzo de 2013

Camino a Tamorlán


«...Fuera de la ciudad, entre el muro y el mar en derecho de la otra ciudad de Pera, hay muchas casas en que venden cantidad de cosas, y almacenes que tienen las mercancías que allí traen a vender por la vía marítima.
La ciudad de Constantinopla está junto con el mar, y las dos partes de ella están rodeadas por el mar, como os he dicho, y enfrente está la ciudad de Pera, y entre ambas ciudades está el puerto. Constantinopla es semejante a Sevilla y Pera a Triana; el puerto con los navíos en medio de las dos, y los griegos no la llaman Constantinopla como nosotros sino Estambul».

RUY GONZÁLEZ DE CLAVIJO. Embajada a Tamorlán. Edición de Francisco López Estrada. Ed. Castalia 2004. Pag. 89.










lunes, 4 de marzo de 2013

El polvo del olvido



«Misiones Pedagógicas marcó un hito que recogió la llamada Sección Femenina de la Falange para seguir una tarea que estaba marcada de antemano; quiero decir que, evidentemente, Torner, de la Residencia de Estudiantes, Benedito, del Instituto-Escuela, el mismo Federico, ya habían recogido, al lado de otros musicólogos etnólogos, la riqueza de nuestro folklore; la Sección Femenina no hizo sino continuar las directrices marcadas, pero con mayor riqueza de medios. A Alejandro Casona y a sus huestes le son debidas muchas, muchísimas cosas, pero ésas, como la labor de la Barraca, se cubrirán con el polvo del olvido; polvo y polvo que sin cesar cae, que nos atenaza, que nos cubre y del que nadie se librará porque la misión del polvo no es recordarnos nuestro origen -en realidad somos un poco de agua y un poco de limo- sino cubrirnos, como la capa pluvial que cubre al obispo de Valdés Leal».

    
LUIS SÁENZ DE LA CALZADA. La Barraca. Federico García Lorca y su teatro universitario. Ed. Revista de Occidente. Madrid, 1976. Pag. 119.