sábado, 24 de marzo de 2012

Liberación de Madrid


De todos los lugares comunes referidos a nuestra guerra civil, uno de mis favoritos es el que nos asegura que la Historia la escriben los vencedores. Y estaríamos dispuestos a darle la razón si no fuera porque hemos leído decenas de versiones de la Historia escritas por civiles y militares, políticos e intelectuales o víctimas y verdugos de todos los bandos posibles. Todos ellos, victoriosos o derrotados, coinciden cuando nos describen la situación crítica del pueblo de Madrid al final de la guerra, las masas hambrientas y la avitaminosis generalizada.
Además del habitual catálogo de miserias, lo original del relato de Javier está en que nos cuenta como empezó a salvarse esa situación por alguien que lo vivió de primera mano.

«Por fin, el 24 de marzo las puertas de Madrid se nos abrieron de par en par. Todos los mecanismos militares y políticos se pusieron en marcha. El nuestro, el Auxilio Social, también. A través de catorce distritos se repartieron el primer día ochocientas sesenta y seis mil raciones alimenticias, igual cifra el segundo, al tercer día alcanzamos las novecientas cincuenta y cinco mil raciones y dimos alojamiento a seiscientas personas sin familia y el cuarto día funcionaba ya hasta un comedor especial para diabéticos... »

JAVIER MARTINEZ DE BEDOYA. "Memorias desde mi aldea". Ed. Ámbito, 1996. Pg. 130.













sábado, 17 de marzo de 2012

Reconocimiento


«
...Lo que dije de la contribución de la Sección Femenina a la Cultura no es más que la verdad, y el que la gente quiera o no quiera reconocerlo ya no es cosa tuya ni mía. No tienes, por tanto, nada que agradecerme».

CAMILO JOSÉ CELA (Palma de Mallorca, 12 de enero de 1980).


A ojo de buen cubero, entre esa fotografía de final de la guerra y las palabras de Cela hay una diferencia de más de cuarenta años, lo que dice algo de la buena memoria del nobel y sobre todo de su fama merecida de decir lo que pensaba sin reparar en correcciones más o menos políticas.
La misa en el XXI aniversario de la muerte de Pilar, esta tarde a las ocho en Santa Bárbara.








martes, 13 de marzo de 2012

De Delicias a Glasgow


Ni hace falta una excusa para el banquete de homenaje ni hay porqué ponerse a desgranar los méritos, el caso es que esta noche se celebra cena de homenaje en honor de Medardo Fraile en la húmeda ciudad de Glasgow (Strathclyde University, por mas señas) festolín literario de los que hay que dar cuenta a modo de adhesión inquebrantable.
Ya se ve que a quien en tierras soleadas se le escamotea merecido reconocimiento, se le puede llegar a compensar en lugares más umbríos. Aunque puestos a pedir, y una vez leído el billete que nos llega, tampoco estaría mal para nuestro escritor un asiento de esos con letra y con capacidad de limpiar, fijar y dar esplendor. Mientras esperamos la crónica del homenaje escocés confiamos que el siguiente se pueda celebrar en lengua vernácula.

«El Cónsul General de España en Escocia, Javier Jiménez-Ugarte, que llegó a Edimburgo recientemente, tiene el buen gusto de honrar al cuerpo diplomático y a la literatura con un gesto no demasiado repetido: levantar el laurel sobre la noble figura del mejor narrador en corto de España, nuestro más grande cuentista vivo: Medardo Fraile, residente en ese país desde hace medio siglo. Para la ocasión viaja el poeta, ensayista y académico José María Merino (no estaría de más que la gentileza de José María Merino fuera de la Academia toda, en forma de merecido sillón para Medardo), el hispanista John McIntyre (que ha escrito algún artículo sobre nuestro compatriota) y Margaret Jull Costa, traductora de español.
Tendrá lugar en Strathclyde, la vieja universidad del autor, docente en ella durante su larga etapa escocesa. El homenajeado nos avisa al modo de los banquetes literarios del siglo pasado: Será el martes,13. Habrá una copa de vino y luego cena para veinte. Me dicen que asistirán 54. Humor medardiano
».









miércoles, 7 de marzo de 2012

Arquitectura y repostería


Se presentaba recientemente lo que pretende ser el catálogo completo de la obra en común de Aizpurúa y Labayen tanto de obra construída como proyectada, y esta tarde se inaugura en la sala Ganbara de San Sebastián la exposición consiguiente con documentos originales de los arquitectos. El título de la muestra está tomado del artículo que José Manuel Aizpurúa publicara el 1 de marzo de 1930 en la Gaceta Literaria en el que ni deja títere con cabeza, ni pierde ocasión de llamarnos a la revolución. Y todo esto, hay que recordarlo, tres años antes de la fundación de Falange.
Leído el texto no solo le cuadra el lugar común de que parece haber sido escrito la semana pasada, sino que es así literalmente. Ejemplo de artículo para todos los públicos, se hace entender con claridad y sin circunloquios, eso que raramente ocurre cuando leemos a un arquitecto teorizar sobre arquitectura, recordemos que estamos ante una casta que maneja su propio lenguaje. La crítica principal se dirige contra los propios colegas que van en contra de su tiempo (la andanada a las exposiciones de Sevilla y Barcelona en 1929 no tiene desperdicio) y sigue por los que pretenden hacer de la arquitectura racional algo exclusivo de minorías selectas. Con una sutileza digamos que desigual, los llama farsantes, deshonestos y trincones, de manera que entre los compañeros de profesión no creo que tuviera muchos amigos.

Pero con todo ese compromiso del arquitecto contrasta el de su compilador, el profesor José Angel Medina, responsable de la monografía y la exposición, al cual la fundación de la Falange donostiarra por Aizpurúa le parece un tema controvertido, e imagino que ese será el motivo de la asepsia con que soslaya su fusilamiento frente a las tapias la carcel de San Sebastián cuando nos dice que "en julio Aizpurúa es llevado a la cárcel y morirá en septiembre" de manera que nos asalta la duda de si finalmente nuestro arquitecto murió de una angina de pecho.

Hasta el 29 de abril en el Koldo Mitxelena Kulturunea.