martes, 25 de septiembre de 2007

Pompei


Como todos sabemos, viajar en el tiempo ya es posible. Esa fue la sensación que tuve -por ejemplo- cuando hace unos años entré en la medina de Fez. El lugar era lo de menos; lo único que tenía claro es que estaba en la Edad Media.

El sábado volví al verano del año 79 d.C. visitando una casa pompeyana. La generosidad de sus propietarios me permitió desde pasear por la zona noble (esculturas, bronces, frescos recién pintados) hasta entrar -literalmente- en la cocina: sartenes, vasos, cucharas. En el dormitorio, vanidad de vanidades, piedras preciosas y peines.
La muestra tiene lugar gracias al empeño personal de Pasquale Terracciano Embajador de Italia en España y se presenta en la sala de bóvedas del madrileño Cuartel del Conde-Duque, que al ser subterránea aprovecha sutilmente la oscuridad del lugar.
Al salir te cruzas con el vaciado en yeso de los que supongo fueron los habitantes de la casa: un hombre joven, una mujer embarazada y un niño. Reconozco que al verlos perdí la presencia de ánimo y me fui sin darles las gracias.






Imagen: sala de la Exposición "Pompeya y Herculano a la sombra del Vesubio".

lunes, 17 de septiembre de 2007

...Por vos muero


No se si habrá -no lo creo- mejor modo de preparar una visita a Toledo que leyendo los Sonetos de Garcilaso de la Vega. A ese empeño llevo una semana dedicado, y a ratos muertos me sumerjo en la letra y el espíritu este romanticismo inocente ¿valga la redundancia?
Con 20 años entra al servicio del Emperador y viaja por toda Europa a sus órdenes, lo que le pone en contacto con la lírica italiana, cuya influencia supondrá una revolución en la literatura castellana posterior.
Educado en la corte que tras la Edad Media se abre al Humanismo europeo que forma a los hijos de las élites, domina griego, latín, francés e italiano. Se dedica al estudio...en invierno, pues todo está supeditado a su condición de soldado.
Maestre de campo de Infantería, muere en Niza tras el temerario asalto de la fortaleza de Le Muy, donde había sido el primero en subir la escala de asalto. Le asiste en su muerte su amigo Francisco de Borja, y al enterarse de la noticia, el Emperador da orden de pasar a cuchillo a las tropas que resistieran la invasión.
En su testamento dejó escrito: "...encomiendo mi ánima a Dios Nuestro Señor para que a Él le plega e sea servido, cuando fuere su voluntad, de levar mi ánima a su gloria, donde los fieles cristianos deseamos ir y estar"






Imagen: Soneto V. Obras de Garcilasso de la Vega
con anotaciones de Fernando de Herrera. Sevilla 1580.

viernes, 7 de septiembre de 2007

El barco en la ciudad


Los nueve años de ejercicio profesional como arquitecto de José Manuel Aizpúrua le bastaron para convertirse en el principal referente del Racionalismo en España. De hecho, una sola obra: el Club Náutico de San Sebastián proyectado cuando tenía 25 años es considerada como la joya de este movimiento en nuestro país, y en toda Europa para muchos críticos.
Pero José Manuel Aizpúrua es mucho más que eso: desde finales de los años 20 introductor de todas las vanguardias en España, expuso por primera vez en la península a Picasso y a Gris; amigo personal de García Lorca y Gabriel Celaya. Y hace tres años, el Reina Sofía nos desvelaba una penúltima sorpresa, exponiendo parte de un legado de mas de mil fotografías realizadas por Aizpúrua que hasta entonces habían permanecido inéditas.

Aún se habla hoy y se hablará en el tiempo
Del tiempo de aquel barco…
Cuentan los que lo vieron
(los que nunca lo vieron, pero suponían
amaneceres jubilosos,
constelaciones de bajeles, bancos
de viva sal
para alegrar la vida de las criaturas)
que era bello de ver
y amable de habitar...

Estos versos de Santiago Amón provocaron en mi caso hace unos años -entre otras cosas- un viaje de dos mil kilómetros a Donosti para conocer ese barco en la ciudad.
Tal día como hoy en 1936 José Manuel Aizpúrua -camisa vieja de Falange- caía asesinado junto a las tapias del cementerio de San Sebastían.





Imagen: Real Club Náutico de San Sebastián.