Como todos sabemos, viajar en el tiempo ya es posible. Esa fue la sensación que tuve -por ejemplo- cuando hace unos años entré en la medina de Fez. El lugar era lo de menos; lo único que tenía claro es que estaba en la Edad Media.
El sábado volví al verano del año 79 d.C. visitando una casa pompeyana. La generosidad de sus propietarios me permitió desde pasear por la zona noble (esculturas, bronces, frescos recién pintados) hasta entrar -literalmente- en la cocina: sartenes, vasos, cucharas. En el dormitorio, vanidad de vanidades, piedras preciosas y peines.
La muestra tiene lugar gracias al empeño personal de Pasquale Terracciano Embajador de Italia en España y se presenta en la sala de bóvedas del madrileño Cuartel del Conde-Duque, que al ser subterránea aprovecha sutilmente la oscuridad del lugar.
Al salir te cruzas con el vaciado en yeso de los que supongo fueron los habitantes de la casa: un hombre joven, una mujer embarazada y un niño. Reconozco que al verlos perdí la presencia de ánimo y me fui sin darles las gracias.
El sábado volví al verano del año 79 d.C. visitando una casa pompeyana. La generosidad de sus propietarios me permitió desde pasear por la zona noble (esculturas, bronces, frescos recién pintados) hasta entrar -literalmente- en la cocina: sartenes, vasos, cucharas. En el dormitorio, vanidad de vanidades, piedras preciosas y peines.
La muestra tiene lugar gracias al empeño personal de Pasquale Terracciano Embajador de Italia en España y se presenta en la sala de bóvedas del madrileño Cuartel del Conde-Duque, que al ser subterránea aprovecha sutilmente la oscuridad del lugar.
Al salir te cruzas con el vaciado en yeso de los que supongo fueron los habitantes de la casa: un hombre joven, una mujer embarazada y un niño. Reconozco que al verlos perdí la presencia de ánimo y me fui sin darles las gracias.
1 comentario:
Y lo peor: Sin un responso por los pompeiani, los pobres (q.e.p.d.)
Me espero otra cosa de tí, y me sorprende siempre tu impiedad.
Oh!
+T.
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