viernes, 30 de abril de 2010

Resurrección de Carles Sentís


La semana pasada en la B.N.E. nos castigaron con una de esas charlas que hacen temblar el misterio y que aguantamos a pie de sillón por ver el documental biográfico que nos habían prometido sobre Josep Pla. Y la impaciencia la pagamos cara porque ahora comprobamos que ya tenemos la versión en línea de la mediateca de RTVE. Dura una hora, la resolución es aceptable y la calidad alta.
Para analizar al personaje se hacen algunas concesiones como contar con la opinión de políticos prescindibles como Jordi Pujol y José Mª Aznar, a cuenta de la remota relación que pudieran tener con el ampurdanés. Lo mejor, sin duda, ha sido contar con el testimonio de los amigos del escritor que quedan con vida, aunque desde el rodaje que probablemente sea de año pasado, ya ha causado baja al menos uno de ellos, Baltasar Porcel.

Como sorpresa, los comentarios al hilo que hace como si tal cosa el periodista barcelonés Carles Sentís, al que por su provecta edad (veo ahora que son 99 años) lo tenía yo por irremisiblemente muerto. Que se me entienda: me alegro de que no sea así, pero hemos leído tantas cosas de él -tan antiguas todas- y llevábamos tanto tiempo sin tener noticias que esto supone una especie de resurrección.
Puede que el primero que nos diera noticias suyas fuera Ridruejo en sus memorias, cuando lo acompañaba vestido de moro en la liberación de Cataluña, más tarde secretario del Sánchez Mazas ministro, en el hallazgo aquel del tesoro de Coria, que cuenta Marino Gómez-Santos, o el amigo de Santa Marina en el Ateneu de Barcelona. Aunque probablemente por lo que más se le recuerde (la memoria, además de caprichosa, es a veces injusta) sea por el episodio aquel ejerciendo de buquinista en el piso de la calle Padilla.
Todo lo anterior vemos que no ha sido impedimento para que hace un par de años el ministro socialista Corbacho le prendiera una medalla en la solapa. Ahí es nada.

La fotografía de Sentís con Pla en Palafrugell es de 1979.



domingo, 25 de abril de 2010

Rojo y Negro

La semana pasada publicó Arturo Pérez-Reverte un artículo glosando muy elogiosamente la película Rojo y Negro (Carlos Arévalo 1942) a la que llama película maldita, pues es la única filmada desde postulados teóricos del falangismo, lo que provocó que la censura militar franquista la retirara del cartel del cine Capitol cuando llevaba tres semanas proyectándose con considerable éxito. Además del citado artículo leo ahora otro anterior de Juan Bonilla y sobre todo el estudio de José Ignacio García.

Tanta ponderación me hace dudar sobre si se trata de la misma película de la que conseguí hace unos años una copia, hasta que vuelvo a verla y me doy cuanta que sí. Sobre el argumento, circunstancia y cualidades todo queda dicho en esas tres reseñas (especialmente la última) aunque por mi parte no quisiera crear más expectativas de las precisas. El valor del filme es más que nada documental, aunque no hay que desdeñar detalles como el atrevimiento de las imágenes de la checa de Fomento o la interpretación de la falangista protagonista, la gran Conchita Montenegro, nuestra Marlene Dietrich nacional.

El ambiente cainita de Madridgrado se resuelve casi siempre en interiores, por lo que echamos de menos planos de aquel Madrid de inmediata postguerra en que se rodó. Solo aparecen exteriores en el desfile militar del principio de la cinta, donde se ven al fondo dos cúpulas simétricas que no hemos podido identificar. En primera fila asiste al paso de los soldados el niño Quique Camoiras, probablemente el único actor de todo el reparto que aun vive.
Para cinéfilos curiosos, o azules recalcitrantes, hemos descubierto una copia de buena calidad que se puede descargar libremente aquí. Al menos por unos días.


viernes, 23 de abril de 2010

Una mujer y un libro II


Desde que el pasado enero nos descubrieron que
Norma Jeane no solo leía el Ulysses sino que incluso parecía que lo terminaba, no han dejado de salir fotos suyas leyendo a destajo, de modo que nos la presentan como una especie de bibliotecaria que se vio abocada al proceloso mundo fílmico. Y ya será menos.

Pero tampoco vamos a pensar que todas son poses para los fotógrafos aquellos de la agencia
Magnum, pues ya decía Truman Capote -que la conocía bien- que la rubia no era ni la mitad de tonta de lo que la gente pensaba.
El caso es que para no ser menos, nosotros vamos a celebrar el día del libro con estas dos aportaciones procedentes de la ingente fototeca de la revista
LIFE. Ya hace dos años que se nos apareció Miss Aniela a todo color y en carne mortal, pero ahora nos decantamos no tanto por el blanco y negro como por la infinita escala de grises. Felices libros.






lunes, 19 de abril de 2010

El pasajero del Tucumán


Se queda uno con la sensación de que se dejan muchas cosas en sin tratar en el reportaje de una hora que Alfonso Arteseros dedica a Ramón Serrano Suñer, y eso por no hablar de los cortes a traición de la versión web de Intereconomía.

Por descontado, lo mejor es el propio testimonio de Serrano derrochando lucidez al borde de sus cien años, y especialmente en dos temas; cuando narra su salida de la embajada argentina en el Madrid rojo y la salida de Alicante en el mítico torpedero Tucumán. Otro momento muy ilustrativo (para el que quiera ilustrarse, claro está) es cuando describe la última reunión con Hitler en el Nido del Águila, aquel chalecito amueblado como un piso de soltera. Allí le ofrece su apoyo al Führer... y su negativa a entrar en la guerra. No se dejó deslumbrar por el ofrecimiento de la conquista de Gibraltar en 36 horas, y nunca sabremos cual habría sido la reacción del bueno de Yagüe si hubiera sido él el enviado a la reunión.

No se comenta el tema Carmen Díez de Rivera (la Niña para Serrano) ni la influencia que pudo tener su naciemiento (agosto de 1942) en la definitiva caída en desgracia del cuñadísimo (septiembre de 1942), pues ese asunto de familia el único que parecía llevarlo con naturalidad era el propio Serrano.
En la fotografía del diario El Mundo, don Ramón —versión bisabuelo sapiente— en su casa de Rio Verde (Marbella).



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miércoles, 14 de abril de 2010

Un limón como un puñado de oro


«Una mañana de diciembre de 1931 me llamó por teléfono Conchita Albornoz, la hija de don Álvaro, ministro de Justicia y compañera mía.

—Ernesto, aquí tengo un pastor-poeta, que te lo mando.

—Le espero.

Llegó a mi casa de la calle Canarias, 41, donde estaba La Gaceta Literaria, el poeta y pastor. Me fijé en su cara y sus manos. Su cara: ancha y cigomática, un tanto a lo Lorca. Clara y violenta. De ojos extraordinariamente abiertos, como enredilando un ganado ideal. Manos fuertes, campesinas y tímidas. En ellas, pomonicamente, un maravilloso limón... »

ERNESTO GIMÉNEZ CABALLERO."Retratos españoles. (Bastante parecidos)." Ed. Planeta 1985. Pag. 209.


De la llegada de Miguel Hernandez a Madrid buscando promoción, se sabe muy bien, aunque no siempre se dice, que uno de los primeros sitios donde acude es al despacho de Ernesto Giménez Caballero, que es el primero que publica una reseña de Perito en Lunas. Lo hace en lo que fue el epílogo de su aventura revisteril, al que llamó El Robinsón Literario, gaceta en la que los artículos no iban firmados por la sencilla razón de que todos los escribía él mismo. No solo lo reseña, sino que unos meses más tarde le ofrece su ayuda económica ante la necesidad apremiante del poeta oriolano.

Todo esto lo cuenta Giménez Caballero (muy delicadamente, aunque cueste creerlo) en el libro de retratos que escribe hacia el final de su vida, y en otro sitio dejó escrito que el limón que llevaba aquel muchacho en la mano lo imaginaba más tarde como un puñado de oro. La ayuda que le prestó Ernesto no resultó suficiente y al parecer Hernández no quedó muy satisfecho con la crítica que apareció publicada. Decíamos que no se suele recordarse esta relación aunque veo que en la web oficial del poeta sí lo hacen, e incluso se dedica a Giménez Caballero un ponderado artículo biográfico, quede constancia.

Mañana por la tarde se recordará en Sevilla la relación de Miguel Hernández con poetas sevillanos como Romero Murube y Eduardo Llosent y en el acto intervendrán Romualdo Maestre y Aquilino Duque, por lo que las espectativas no pueden ser mejores. Los que no podremos asistir, desde Madrid nos conformaremos con dejar esta reseña de la relación del oriolano con Gecé, madrileño singular.




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lunes, 12 de abril de 2010

Juana, since 1970


Hace cuarenta años abrir una galería de arte contemporáneo en Sevilla, vendría a ser como poner una tienda de corbatas en Marinaleda; una rareza y casi una provocación. Sin embargo esa labor de zapa acaba dando sus frutos, aunque estos se recojan ahora en Madrid, pues la calle Zaragoza 26 se nos apareció como región devastada cuando cruzamos por delante la pasada semana santa.

En este aniversario ella misma nos recuerda que el testigo lo recibió de otra Juana (Mordó), y hay que reconocer que en Sevilla el mérito de la perseveracia lo compartió con Rafael Ortiz que ahora también celebra sus veinticinco años en el mismo tajo. En lo que a mi respecta, a ambos tendré que agradecerles un cierto interés pedagógico.

Ahora descubrimos por la fotografía de Arco 2008 que esta mujer no solo es una reconocida promotora de la pintura, sino que -brocha en mano- también ella misma la practica con cierta minuciosidad. Y el volumen también es importante: los últimos cuarenta años de arte contemporáneo en España se ocultan bajo del cardado de Juana de Aizpuru.



viernes, 2 de abril de 2010

Salgo de esta madrugada


Salgo de esta madrugada
medio loco y medio muerto.
La Virgen dio el Cielo abierto
a su ciudad más amada.
Ay, María Inmaculada,
niña guapa sin igual,
a Dios no le sienta mal
saberte la preferida
sevillana concebida
sin pecado original.

Rafael Montesinos. Sine Labe Concepta, de LAS INCREDULIDADES. (Adonais, Madrid 1948).