jueves, 25 de septiembre de 2008

El hilo en el espejo

Probablemente sea Guillermo Pérez Villalta nuestro artista contemporaneo que más interés ha dedicado a las periferias del arte. Su pintura ya nos aporta claves en ese sentido; descriptiva y cargada de referencias históricas y mitológicas, muchas de las imágenes representadas en sus cuadros nos piden salir y hacerse útiles en nuestra cotidianidad.
Y como no podía ser menos, Guillermo, que sería el primero en oir aquellas voces, nos trae al bulto redondo no sólo muebles como la silla-quadriga o la estantería general-life, sino también sus proyectos de arquitectura. De estos últimos, el más representativo puede que sea el Kursaal de Algeciras, que tras 15 años en obras y contra todo pronóstico, las autoridades públicas se decidieron a terminar.

Ayer en la inauguración, comprobamos que los proyectos más antiguos -de los años 80 y 90- ya los conocíamos, y recordamos otra muestra visitada en el carmen de la Fundación Rodriguez-Acosta de Granada que me parece ser el precedente de esta misma. Eso nos demuestra que este arte ornamental no se trata de un oportunista interés comercial -como en tantos otros- sino que prueba el interés renacentista del tarifeño.




domingo, 21 de septiembre de 2008

Accidente


Esta tarde hemos recordado el cuadro "Accidente" del Reina Sofía, considerada la obra maestra del malagueño Alfonso Ponce de León. Resulta que es uno de los lienzos más representativos del Realismo Mágico, y es cierto que ahora se nos representa toda la obra de Ponce de León como la versión pictórica de los relatos y novelas de su amigo Samuel Ros. El ambiente onírico e irreal y el simbolismo de los detalles; el traje azul mahón, el foco iluminador, la frente herida, el espino en la mano, la alambrada rota...

También podríamos considerar al propio Ponce de León como un símbolo de la cierta división de su época. Vanguardista de primera hora, trató a Picasso en París y de vuelta a España colaboró activamente con La Barraca de García Lorca. A partir de 1933 y sin solución de continuidad, entra en Falange Española donde se entrega generosamente en el departamento de Propaganda. Pero como acertadamente nos recuerda su biógrafo Rafael Inglada no fue el único que hizo ese viaje: le acompañan los granadinos García-Valdecasas y Luís Rosales y el mismísimo Emilio Aladrén.

Esta tarde, decía, bajando Alcalá frente al Círculo de Bellas Artes, hemos recordado que tal día como hoy en 1936, en los sótanos de ese edificio -temible cheka- fue torturado y después asesinado Ponce de León y que unos días más tarde su cuerpo aparecería en Vicálvaro. Otra víctima más de la legalidad republicana. Hoy en el aséptico Círculo de Bellas Artes, bastión de la progresía artística subvencionada, nadie ha recordado a Alfonso Ponce de León. Peor para todos.






viernes, 19 de septiembre de 2008

La calandria infantil de su quimera


ADRIANO DEL VALLE

La 8.102 locomotora
aguarda en los andenes de tu frente
para entender tu rojo más potente
en los nevados soles de tu Aurora.

El alto mar de Huelva se colora
en un fresco guinda muy remotamente,
y en las conchas lejas de Poniente
San Cristobal te da sombra sonora.

Los templados celestes bajo el grito
que dibuja en el aire gratuito
la calandria infantil de tu quimera.

Y en el chinero rosa del paisaje,
una sombrilla inclina el tonelaje
que marca tu portatil primavera.

POEMAS. Juan Sierra. (De "Claridad sin fecha 1947") Ed. Comares, Granada 1992.

Compone Juan Sierra este soneto dedicado a su amigo Adriano del Valle a principio de los años 40. Tiene ecos del Ultra y está formado verso a verso con retazos de la obra y de la vida del autor de "Arpa fiel".
Es un homenaje al amigo "surrealista, sagaz y nuevo...y ponedor de huevos" con el que traba amistad en aquellas cenas delirantes de juventud y que se mantiene a lo largo de los años, aún cuando Adriano ya no vive en Sevilla.
Y como este medio cibernético no viene a ser más que otra forma de comunicación como aquella telefonía celeste que inventara Adriano para comunicarse con Villalón, aquí se me ocurre traerle el poema a su octavo nieto.





domingo, 14 de septiembre de 2008

Palma y cáliz de Juan Sierra

Paradoja: lo conocí cuando murió y ahora voy repasando los textos que le dedicaron en prensa aquel septiembre de hace casi 20 años.
¿Hay alguien menos sevillano que Juan Sierra? al menos -entiéndase- en el sentido más bullanguero y festivo que es de absurdo y común dominio. Toda la seriedad y la sequedad de Sevilla se me aparece plasmada en la breve obra de Juan Sierra, y aunque varias veces hemos leído que tenía una fisonomía borgiana (glaucoma y ceguera incluidas) yo me lo imagino hace tiempo como una de esas persianas de esparto... de la que puede brotar una vara de nardo.

Para dejar de ser olvidado poeta muerto, puede que le faltara, por ejemplo, un exilio que le diera barniz cosmopolita y/o contestatario. O quizás una fama de vividor bohemio y canalla. Pero eligió no salir casi de su tierra y ser funcionario de Hacienda, que se le va a hacer.

Ramas de canela escritas
bajo un leve aliento frío
de lazos, dientes, chinitas
y caracoles de río.
Yo no quiero su albedrío
sujeto ni al fino mando
a que se doblega cuando
abre su mirar profundo.
¡Sentado en el fin del mundo
está Juan Sierra llorando!

BARRIO ANDALUZ (De "Claridad sin fecha" 1947)












domingo, 7 de septiembre de 2008

El viento teje lorigas


Como uno de aquellos cuadros de Gerardo Delgado que recuerdo, habrá que imaginar al abasí Al-Mutamid (1040-1095) mitad personaje histórico, mitad leyenda cultista completada por los siglos.
De lo que parece ser cierto que escribió, su canto a la Sevilla perdida, ya desde el destierro a que lo someten los almorávides, nos lo propone como precursor de tantos otros.
Desde la carcel tangerina, el culto monarca no sólo canta con nostalgia a la ciudad amada sino que también -colmo del refinamiento sevillí- lo hace a las cadenas que no le permiten regresar.

Se enroscan en mi pierna como una víbora;
Me muerden con dentelladas de león.
¡Mira, aunque tus grilletes estuviesen cubiertos de pelo,
mis palmas y mis muñecas arderán!

Yo era aquel que con su riqueza o con su espada
llevaba a los hombres al Paraíso o al Averno.
¡Dios decrete en Sevilla la muerte mí­a,
y allá­ se abran nuestras tumbas en la Resurrección!

Puede que absolutamente nadie haya recordado que hoy el poeta dejó la ciudad. O puede que algún turista lo haya hecho al ver esta columna en los jardines del Alcazar y comprobar la coincidencia de fechas.










viernes, 5 de septiembre de 2008

Io ho quel che ho donato


Cuando se visita Il Vittoriale Degli Italiani , cualquiera se da cuenta de que es uno de esos sitios en los que la personalidad de su dueño lo configura todo. Y para que esa impresión no quede en eso mismo, la guía en seguida cuenta que los trabajos de construcción de la villa empezaron en 1921, y que el propio D'Annunzio comandaba cuadrillas de albañiles, de marmolistas, de jardineros, de la misma manera que había mandado a sus legionari.
Para desesperación de aquellos y de su arquitecto Giancarlo Maroni, el vate cambiaba cada poco de opinión, troceando un friso, añadiendo un escudo o creando un foso. El resultado final puede ser tan sorprendente como la personalidad del propio D'Annunzio, pues la triple muralla encierra sus pasiones y contradicciones como cualquier libro suyo. Desde la nave Puglia al Mausoleo, desde el Teatro al Jardín Privado, todo está pensado por la pequeña cabeza del pescaresi. Por si esto fuera poco, llenó todas las salas con sus colecciones de libros, obras de arte y -sobre todo- objetos raros acumulados abigarradamente durante sus varias vidas.

Parece que desde que concibió toda esta gran villa, el poeta tuvo claro que no sería para él mismo ni para sus múltiples descendientes, sino que sería su legado al pueblo italiano. Para hacerlo, supondremos que pidió la venia a su ego, y escribio este lema en un cuerno de la abundancia "Io ho quel che ho donato".