jueves, 29 de diciembre de 2011

Método, erudición y letanías


Nos dice la intuición que más que su obra artística (tan desconocida por esquiva) dentro de unos años quedará de Quico Rivas toda su obra crítica que ahora empieza a recuperarse en este primer tomo en que se recopilan algunas reseñas que escribiera en diarios y catálogos de exposiciones: el teórico del arte, el crítico y el agitador cultural (ya desde Sevilla, ya en Madrid) por encima del artesano de su propia obra.
Y como para compensar esa imagen del Rivas en sus últimos años, ese con querencia a meterse en todos los charcos que le fueran apareciendo por el camino, o el Rivas más politico y anarquistón , el cenetista sin impostar, aquí se nos manifiesta colmo de la ortodoxia en el fondo y la forma; crítico riguroso y formal, conservador de las esencias y
en el contenido paladín defensor de la pintura-pintura y atento contra la heterodoxia de instalaciones y demás zarandajas que no puedan colgarse de una pared. Como en aquel cuento de Pessoa, lo más parecido al banquero anarquista. Eso por no hablar de las debilidades literarias que se nos descubren, ya sea como antólogo de la poesía de Gonzalez-Ruano, apologista del último Giménez Caballero (que también tiene su mérito) y hasta de los hermanos Villalonga.

A destacar especialmente lo textos dedicados a los artífices de las primeras vanguardias hispanas
alguno de los cuales llegó a conocer
como el de Maruja Mallo, tan pedagógico. Y en las reseñas de los años ochenta y primeros noventa interesa esa cartografía de la pintura en la que va relacionando la obra de cada pintor con la geografía en la que se produce, sea Mallorca o Madrid.
Particularmente interesante para los que saben que la crítica de arte contemporáneo no tiene porque ser el ejercicio de lo ininteligible. Y en general para los que les gusta leer de pintura. Sin que se note.










sábado, 24 de diciembre de 2011

Ahora es la hora para tu llegada


Ahora que pesa el corazón cansino,
mohíno de no andar ni amar por nada,
ahora que la ilusión desalquilada
reclama huella y sombra de inquilino.

Ahora que ayuno de candeal y vino
y cuelgan las arañas mi posada,
ahora es la hora para tu llegada
al hostal de mi amor, Huésped divino.

Aquí; sí, por aquí, conmigo, amarra
la mula aquí. Por más que no la tienes...
¡Ay mis ojos descalzos por la aurora!

Cierra por dentro y dame de esa jarra
que hace antigua la sed. ¡Oh Dios que vienes
ahora que huelga el corazón, ahora!

JOSÉ LUIS TEJADA. Ahora. De Poesía Religiosa. Ed. Renacimiento.2010. Pag. 30.

Ahora que repetimos el rito de cada año y ahora que buscamos la palabra exacta para hacerlo, nos la ha ofrecido el descubrimiento que hemos hecho el año que termina en la poesía del portuense José Luis Tejada. Y para ilustrar esa palabra, la tabla de la Virgen de la Leche del flamenco Louis de Alimbrot pues ambos nos evocan esa intimidad en la venida del Huésped. Aunque sea con cinco siglos de diferencia. Felices Pascuas a todos.









lunes, 19 de diciembre de 2011

La sarga


Para no perder la costumbre en estas presentaciones nos hacen entrar en la sala casi a tientas, y como queriendo justificar esas oscuridades en seguida nos cuentan el proceso de restauración de la sarga maltratada, tela mártir de todas las ignorancias, que se ha llevado lo que no está en los escritos mal reentelada y cubierta por espesa capa de una especie de silicona brillante que ocultaba la maravilla de matices que despliega Pieter Bruegel el Viejo en cada una de las casi cincuenta obras que tiene catalogadas.

El descubrimiento de la obra tiene su propia intrahistoria, que en este caso se quedaría en el estadio anterior al término "culebrón" y que la narradora oficial -muy en su papel- nos cuenta solo a medias. El motivo del silencio serían las reticencias iniciales del Prado, por lo que el mérito de esta resurrección cabría atribuírselo, a pachas, a eficiente empleado de Sotheby´s que lo descubrió en un oscuro pasillo del domicilio cordobés de su antigua propietaria y a la restauradora del Prado Elisa Mora que al parecer hace encaje de bolillos desfaciendo los desperfectos que provoca el tiempo y la ignorancia.
Como alguien podría preguntarse para qué tan minuciosa restauración si luego los detalles no pueden apreciarse en una sala medio a oscuras la respuesta viene ahora: para subir a la red todos los vídeos y las infografías posibles del antes y el después. Los que no puedan resistir el cierto fetichismo de tener la obra delante, en la Sala D (ampliación) hasta el 25 de marzo.









lunes, 12 de diciembre de 2011

El lejano maestro


Aquel verano de 1944 el lejano maestro impartía su magisterio en Lisboa (que tampoco está tan lejos) y allí era asiduo a la embajada invitado por Don Nicolás antes de su regreso
definitivo a España, ya bajo la égida del hermano del señor embajador, es decir de Don Francisco.
Se nos cuenta que en aquella misérrima posguerra española la relativa abundancia de alimentos básicos de que gozaba Portugal convertía una merienda lisboeta en auténtico lujo asiático. Se podría decir en ese caso que el bueno de Ortega se aplicaba a las pastas, pasteles y cafés antes de ponerse definitivamente a Régimen.
La imagen corresponde a un viaje a Alemania a principio de los años 1950.

«Don José Ortega y Gasset se encontraba en Lisboa practicando un exilio voluntario y simbólico como protesta contra la absurda depuración universitaria que le privó de su cátedra. Todos los españoles nos sentíamos emulados en escuchar, atender e invitar a Don José, el cual no regateaba a nadie su saber ni su amenidad. En las reuniones de Palhavá fue un habitual y le gustaba esconder su atracción en un pequeño saloncito azul que había en el fondo de la parte de recibo del palacio».

JAVIER MARTINEZ DE BEDOYA. "Memorias desde mi aldea". Ed. Ámbito, 1996. Pg. 237-238.

Pero el poner esa cita de Bedoya tiene mucho de coger el rábano por las hojas pues sus memorias, generalmente poco citadas y creo que escasamente conocidas describen importantes episodios vividos de primera mano en nuestra inmediata posguerra. Como el viaje oficial a una Alemania nazi en trance de hundimiento, o especialmente interesante, su testimonio en el trabajo desarrollado desde el Gobierno español -Jordana mediante- con el objeto de salvar la vida de miles de judíos remotamente sefardíes en los territorios ocupados por el III Reich.
No será esta la última cita, que dejaremos aquí como eventual fe de lecturas.












viernes, 2 de diciembre de 2011

Hostería municipal


Una de las plusmarcas nacionales del Ayuntamiento de Madrid -todo el mundo lo sabe- es en deuda municipal, que aunque supera ampliamente los siete mil millones de euros, cada vez que sale como noticia vemos que ha aumentado un poco por lo que no hay que descartar que pronto compita con otros pufos similares como el de Castilla-La Mancha o -porqué no- con el de Grecia, que tampoco es cuestión de conformarse con batir marcas nacionales. Pero hete aquí que todo se relativiza por tratarse de organismo público que a su vez tiene manga ancha para conceder licencias y adjudicar contratos. O dicho de otra manera, si el Ayuntamiento fuera persona física o familia hipotecada, habría acumulado deuda para ser desahuciado unas veinte mil veces.

Ignoramos si está relacionado con lo anterior, pero el nuevo invento municipal consiste en adjudicar las dos mejores terrazas del actual edificio del ayuntamiento (ahora Palacio de Cibeles) para la instalación de una cafetería (2ª planta) y un restaurante con vistas (6ª planta). La iniciativa tampoco es nueva, ni habrá que rasgarse ahora las vestiduras por esa dedicación municipal al ramo de la hostelería, pero otras cosas son las formas y cualquiera puede hacerse una idea echando un vistazo a las imágenes que ilustran la noticia; esa apoteosis del neón, y esa tendencia al chill out ibicenco en pleno edificio emblemático de Antonio Palacios. Ojalá pudiera darnos su opinión, por cierto.