miércoles, 30 de marzo de 2011

Rumor de rosa encerrada

...

Thamar, en tus pechos altos
hay dos peces que me llaman
y en la yema de tus dedos
rumor de rosa encerrada.

*

En ese juego lorquiano de dedicatorias que hay en el Romancero Gitano parece formar parte del divertimento que la persona inspiradora del poema se queda sin la dedicatoria. Así, éste de Thamar y Amnón va para Alfonso García-Valdecasas y aquel mucho más dramático de Muerto de Amor, lo dedica a Margarita Manso.

A la postre se demostraría la clarividencia de Federico, pues la vida de Margarita devino pronto en tragedia por el asesinato su marido, quedando viuda a los 27 años. No parece ser eso lo que se recuerda ahora de la Manso, pues la primera parte de su juventud fue convenientemente novelada, a pachas, entre Dalí y un irlandés con flequillo. Poco se puede hacer ante dos genios del marketing.




lunes, 28 de marzo de 2011

El lucero Perdigón


Mucho antes de conocer la historia de cómo el toro Perdigón perdió la cabeza, ya nos podíamos imaginar a Winston Churchill aficionado a los toros. Por pícnico, por fumador de habanos y por sentencioso, a nadie le hubiera extrañado ver a don Winston acodado en la barrera de una plaza cualquiera. Sin embargo, donde no me lo puedo imaginar bajo ningún concepto es contemplando un partido de cricket en pradera de cesped mientras se come un sándwich de pepino, pongamos por caso.
La historia de la cabeza del Perdigón, el toro lucero con el signo de la victoria en la frente, se escribe con tres nombres, y además de Churchil y Manolete yo me quedo ahora con el de D. José Escobar Barrilaro que era el que criaba entonces, como siguen criando sus nietos, los famosos toros gracilianos en Isla Mínima, que en la escala de mitificación ganadera están solo un punto por debajo de las reses que el rey tartesio Gerión criara allí mismo.

La Comunidad de Madrid inauguró el sábado una exposición (Complejo El Águila en Ramirez de Prado 3) a cuenta de la relación de Churchill con España y como no todos los episodios fueron muy lucidos, nos quedaremos con el tema taurino. Allí está colgada esa fotografía tomada en Sevilla en octubre de 1958; a la derecha el parque de Maria Luisa y a la izquierda el muelle de las Delicias. O sea, como si fuera para la Maestranza.



jueves, 24 de marzo de 2011

Like the leaf of may



... Is pure and polished, smooth and fair;
but still in sleep to death akin
the latent spirit lurks within...


Joseph M. Blanco-White. De POESÍAS DE SU NOVELA "VARGAS" (1822). Obra Poética Completa (Ed.Visor, Madrid 1994).











lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera sevillana de Fernando Zóbel


De la querencia de Fernando Zóbel por Sevilla siempre recordaremos la manera en que nos hablaron de él alguno de los por entonces jóvenes pintores que lo trataron en los años 1970 y entre los que ejerció un magisterio más o menos reconocido. Eso, y el hacernos una abstracción tan asequible y pedagógica pues el proceso en el que llevaba los paisajes al lienzo nos lo documentaba con fotografías y anotaciones de manera que más que desentrañar el misterio de la creación, hacía surgir uno diferente: el del orden y la simplificación de la belleza.
Otra primavera ahora hace 20 años se celebró en la Torre de los Guzmanes de La Algaba una exposición en la que se mostraba el cuaderno de artista del que vienen aquí unas páginas, y ya vemos que lo que anotaba Zóbel no eran ni los espacios abiertos ni los grandes edificios. Más bien un muro de la calle Agua, la rama de un magnolio o el paisaje de velas de la calle Tetuán. Atento siempre al detalle con la morosidad del enamorado de la ciudad, ahora comprendemos como llegó a poner casa en Sevilla.

Uno todavía se recuerda, en moto, camino de La Algaba, pero sobre todo, que a partir de entonces (aquí no caben ni versitos ni dudosas letras de sevillanas) la primavera sevillí siempre ha ido unida al cuaderno de apuntes de Fernando Zóbel.










jueves, 17 de marzo de 2011

Años después


... /...

Yo no sé si la paz es mejor que la guerra
quizá sea lo mismo en el pausado péndulo
de la vida y la historia pero aquella alegría,
aquellos ojos llenos de quimeras y romances,
¿adónde están ahora? decidme ¿qué se hicieron?

Luys Santa Marina. AÑOS DEPUÉS. Publicado en Solidaridad Nacional el 19 de julio de 1953.


La fotografía de Sánchez del Pando, la sede de la Sección Femenina de Sevilla, está tomada el verano de 1937. Y la misa en el vigésimo aniversario de la muerte de Pilar, esta tarde en Santa Bárbara a las 19:30.






martes, 8 de marzo de 2011

Bodegón por carnestolendas

Bodegón. (Mª Josefa Mendaro Romero, 1961).

Antes de que empiece la abstinencia cárnica vamos a dejar por aquí este bodegón que desde que lo vi me parece la versión actualizada, tres siglos después, de aquellos otros de Sánchez Cotán. Ya se sabe que los exégetas del cartujo toledano nunca han parado de buscar significados ocultos a los pocos detalles con que componía cada uno de sus cuadros, así que habría que oírlos analizar este otro del trozo de jarrete en mesa lacada.

Por otro lado, la brevedad de la obra de la autora del cuadro, María Josefa Mendaro (Sevilla 1912-1999) IV condesa de Ybarra, tampoco da para muchas alegrías interpretativas, de manera que rechacemos las encriptaciones y disfrutemos de las calidades. Creo que no desmerece aquella colección familiar de la que formó parte junto a solanas, cossíos, algún picasso y hasta el archireproducido retrato de G.A. Bécquer obra de su hermano Valeriano.







domingo, 6 de marzo de 2011

Xenofobia retroactiva


Ya se sabe que los niños y los borrachos nunca mienten, aunque es de sentido común que se pueda empapelar (acepción 3ª) al que se le ocurra conducir pasado de copas, convertido en peligro público al volante, por ejemplo. Pero ocurre que la actual political correctness pretende similar reproche, o peor, para el que en las mismas circunstancias de intoxicación etílica se ponga a dar vivas -según a quién- en la barra de una boite. Todo esto se agrava en los últimos años, cuando es casi imposible que alguien no lleve encima un adminículo (acepción 2ª) que nos permita grabar esa escena del prójimo en situación comprometida, de manera que ya no recordamos cómo podíamos salir a la calle sin achiperre (pendiente de aceptación por la RAE) que recoja el testimonio.

Pensaba esas cosas ayer mientras leía lo que sigue en el libro de memorias del periodista barcelonés Carlos Sentís, proteínicas en lo que cuentan, aunque siempre tengamos la impresión de que cuenta la mitad de lo que sabe. El protagonista de la anécdota es el gran (en ambos sentidos) José María de Cossío, a quién ni sus múltiples saberes ni su golpe de Academia le impedía decir lo que pensaba, aun a riesgo de escandalizar a Dolores Moya. Estamos en la casa del doctor Marañón en 1943, por lo que no hay peligro de grabaciones móviles.

"...[José María de Cossío] era y quería ser un español incontaminado. Conseguía hacer enfadar a la encantadora doña Lola, la mujer -además de secretaria y eje familiar- del doctor Marañón, diciendo que para él los extranjeros no eran propiamente personas. Añadía que se quería morir sin haber pisado el extranjero, porque la vida es demasiado corta como para malgastar el tiempo. Creo que lo consiguió. "

Carlos Sentís. MEMORIAS DE UN ESPECTADOR. (Ed. Destino, Barcelona 2007). Pag. 172.


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