viernes, 7 de septiembre de 2007

El barco en la ciudad


Los nueve años de ejercicio profesional como arquitecto de José Manuel Aizpúrua le bastaron para convertirse en el principal referente del Racionalismo en España. De hecho, una sola obra: el Club Náutico de San Sebastián proyectado cuando tenía 25 años es considerada como la joya de este movimiento en nuestro país, y en toda Europa para muchos críticos.
Pero José Manuel Aizpúrua es mucho más que eso: desde finales de los años 20 introductor de todas las vanguardias en España, expuso por primera vez en la península a Picasso y a Gris; amigo personal de García Lorca y Gabriel Celaya. Y hace tres años, el Reina Sofía nos desvelaba una penúltima sorpresa, exponiendo parte de un legado de mas de mil fotografías realizadas por Aizpúrua que hasta entonces habían permanecido inéditas.

Aún se habla hoy y se hablará en el tiempo
Del tiempo de aquel barco…
Cuentan los que lo vieron
(los que nunca lo vieron, pero suponían
amaneceres jubilosos,
constelaciones de bajeles, bancos
de viva sal
para alegrar la vida de las criaturas)
que era bello de ver
y amable de habitar...

Estos versos de Santiago Amón provocaron en mi caso hace unos años -entre otras cosas- un viaje de dos mil kilómetros a Donosti para conocer ese barco en la ciudad.
Tal día como hoy en 1936 José Manuel Aizpúrua -camisa vieja de Falange- caía asesinado junto a las tapias del cementerio de San Sebastían.





Imagen: Real Club Náutico de San Sebastián.

3 comentarios:

Terzio dijo...

Peligroso el hombre (q.e.p.d.); menos mal que redimió la introducción de modernidades con esa heróica muerte azul bordada en rojo.

Arriba!

(Eres testigo de cómo y cuánto provocas y excitas mis más atávicos resortes político-emotivos; eso debe ser pecado, te advierto).

+T.

Alfaraz dijo...

¿Conocerian tus tías a Aizpúrua? ¿Que pensarian de su obra?
Te advierto que Pilar Primo era gran admiradora suya.

.

Terzio dijo...

Ah! Pecadora!!!

Mis tías no pasaban del regionalismo de Aníbal González, como era de suponer en niñas con apellido y sin un duro, católicas a machamartillo, y sevillanas de antes del Movimiento.

En mi casa nunca han habido excéntricas, of course.

+T.