Unos dicen que son una mezcla de arte e ingeniería y otros que son la prueba de que se puede crear vida artificial mediante algoritmos genéticos. El caso es que teorizaciones aparte, impresiona ver estas criaturas aparentemente frágiles creadas con los elementos más livianos. Y más aun cuando delante de nosotros vemos que un niño con una sola mano que sustituye la fuerza del viento, es capaz de poner en movimiento estos monstruos postdiluvianos.
Todo ocurre en el patio del Museo Reina Sofía, donde el holandés Theo Jansen los presentó esta tarde dentro de la exposición Máquinas & Almas. Arte digital y nuevos medios.
Desde luego, se trata de algo más que un recurso publicitario, donde por raro que parezca no se usan efectos especiales, sino simplemente la fuerza que estas criaturas son capaces de generar por sí mismas.
Nos dicen que algunos ejemplares que viven en libertad por las playas holandesas han visto crecer sus estructuras y alguno ha llegado a reproducirse, así que aunque la exposición estará abierta hasta octubre, yo iría conocerlos a la ampliación del antiguo Hospital de San Carlos antes de que alguno pueda abandonar su encierro.
2 comentarios:
A mi me recuerdan a Leonardo...
Certo !
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