martes, 13 de enero de 2009

Poética lueñe

Me parece que el adjetivo (y tambien adverbio) lueñe viene a estar, como el lince ibérico, en peligo gravísimo de extinción y el último reducto por donde se le vió, ese Doñana de las palabras, creo que fue cierta poesía del siglo pasado.
Además me gusta por dos motivos; porque hasta el propio diccionario de la Academia dice que está anticuado, y porque contiene la única letra que nuestro idioma tiene en exclusiva que es la eñe.
Al que más frecuentemente creo haberle leído la palabra es a Antonio Machado, aunque siempre en verso y nunca en prosa, pero en esto puedo estar equiocado. Como ejemplo, su soneto "El amor y la sierra "
...Y hubo visto la nube desgarrada,
y, dentro, la afilada crestería
de otra sierra más lueñe y levantada,

Hace unas semanas, salió por aquí la "Rima de los amigos muertos " de Dionisio Ridruejo donde le da un sentido más contundente, yo diría que más lírico y metafísico.

...párpados de las horas
que no podrán mirarme,
caminos imposibles,
lueñes eternidades.

Pero antes que a estos, el que me descubrió la palabra aunque ya no lo recordara, fue Leopoldo Panero, pues ya de niño me leían muy familiarmente sus versos "A un pino del Guadarrama".

Desde la cumbre intacta
junto a la luz naciendo,
tiembla por las laderas
el verdor casi negro
de las hayas remotas
y los lueñes abetos...

Y se me ha ocurrido reservarme esta palabra al borde mismo del olvido y usarla a la menor ocasión, diciendo por ejemplo que el fin de la guerra entre israelíes y palestinos se me antoja lueñe. O que el caos de Barajas demuestra lo lueñe que puede estar un ministro de la dimisión.

En la fotografía, homenaje a Leopoldo Panero, lueñe el Teleno.





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8 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Pues sí que es bien bonita la palabra. Y no, que no se pierda. Ni idea de ese asunto de apadrinar términos en peligro de extinción, lo que aprendo contigo no tiene precio:-) Me gusta leer esas palabras y las razones que da la gente para apadrinarlas.
Oh, y otro "lueñe" para la colección, también de Machado, en su soneto a Azorín:

"No le pongáis, al fondo, la espesura
de aborrascado monte o selva huraña,
sino, en la luz de una mañana pura,

lueñe espuma de piedra, la montaña,
y el diminuto pueblo en la llanura,
¡la aguda torre en el azul de España!"

Un saludo, Alfaraz.

Alfaraz dijo...

Gracias por el hallazgo, Olga.
Sospecho que tanto Ridruejo como Panero la usan por su familiaridad con la obra de Antonio Machado, y no porque la oyeran en su infancia.

Tú ya sabes, a usarla a discreción.

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Javier dijo...

Hermosa palabra, sin duda.

Yo, puestos a elegir palabras que nos resulten hermosas, me quedo con bruno (como adjetivo).

Que me acompaña desde que me lo descubrió el pobre Miguel Hernández en el soneto que comienza,
Umbrío por la pena, casi bruno,/
porque la pena tizna cuando estalla,/
donde yo no me hallo no se halla/
hombre más apenado que ninguno.

Un saludo nada bruno. Mi lueñe Alfaraz

enrique dijo...

Preciosa palabra y precioso monte mítico...

Buenos dias con Poesía dijo...

No conocía la palabra ni la página de reserva de palabras. Por lo visto aparte del significado físico de lejano, distante también tiene una dimensión espiritual de nostalgia. Me encanta la palabra portuguesa para la nostalgia mezclada con cariño que ellos llaman como saudade.

ONDA dijo...

Me apunto al club de los lueñeros.

¿No fue lo que de dijo Ruiz Mateos a Boyer?


! Que te pego .... lueñe !

Buenos dias con Poesía dijo...

He hecho un nuevo blog con la idea de leerme todas las mañanas un poema. Si me dejas algún día lo mismo te copio alguno de los que aquí salen. Echale un vistacillo:

http://buenosdiasconpoesia.blogspot.com/

rosenkavalier1969 dijo...

Hola Alfaraz:

interesante descubrimiento de esta palabra, que acabo de leer en la novela "El escarabajo" (1982) de Manuel Mújica Láinez: "Así, incorporado al enjambre inmaterial, crucé los Pirineos y vi, debajo, el lueñe y diminuto desfile de ciudades y aldeas, recorridas con harta más comodidad que cuando atravesaba Europa en el carromato de los gitanos." (pp.232 -233). Ediciones Belacqva, Barcelana, 2006.

Un abrazo desde Bogotá - Colombia.