Por el subtítulo ya se intuye el concepto y hasta la nómina de los apologetas de esa aversión capitalina, pero como Madrid aguanta lo que le echen, resulta que algunos hasta tienen dedicada una calle en la capital de España. Habrá unos más egregios que otros pero en ese medio siglo desde finales del XIX a la posguerra hay tantos nombres imprescindibles que este tomo se disfruta desde el principio. Y es que no podía esperarse que ese paso del poblachón manchego de Mesoneros a la quintaesencia de la ciudad moderna edificada por gente como Feduchi sucediera sin su buena ración de literatura apasionada, con sus exégetas de ocasión y sus políticos metiendo baza entre uno y otro extremo.
Además aquí, la enjundia y la erudición del ensayo viene trufada de anécdota, como aquella observación de Azaña -siempre atento a los detalles- de la coincidencia entre la pérdida de las colonias por España y las mulas de los tranvías por la llegada de la electricidad. He ahí un hombre de Estado. Por cierto, que también es de agradecer que esas notas a pié de página, alarde tantas veces innecesario, se hayan eliminado y se lean de corrido entre los párrafos.
Todo eso nos lo ha empezado a contar Fernando Castillo Cáceres en las cien primeras páginas que llevamos, aunque por lo sustancioso del índice ya irá pasando por aquí algún detalle a recordar. Con la arbitrariedad que nos caracteriza, eso por descontado.
3 comentarios:
Tomo nota: de hecho, sirvase usted indicarme la reseña completa del libro, incluida la editorial y la libreria donde se puede adquirir.
Agradecidísimo.
CAPITAL ABORRECIDA.
Editorial: Polifemo, 2010
640 Páginas.
Encuadernación: Rústica
Ancho: 15 cm.
Alto: 21 cm.
Creo que te gustará. Este viene de La Central del Reina pero en cualquier librería que no lo tengan (que será probable) lo pueden encargar. Creo que en Madrid lo distribuye Machado.
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Agradecido.
Va directo a la lista para mi próximo cumpleaños.
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