Ayer por la tarde se inauguraba en la Casa Revilla de Valladolid una exposición de la mejor fotógrafa del siglo pasado, que es como decir de toda la historia de la fotografía. Además, ese medio centenar de imágenes de Leni Riefenstahl son de su mejor época, esa que no consiguieron eclipsar ni los nuba ni los fondos marinos, pues son instantáneas tomadas entre 1934 y 1936 en los rodajes de Triumph des Willens primero y Olympia después.
El origen de la muestra no deja de ser una curiosidad, pues ha sido el propio ayuntamiento de Valladolid el que ha comprado a una galería de Nueva York las fotografías, que son copias de la época autorizadas por la autora. Algunas son retratos de la propia Leni hechos durante los rodajes por sus colaboradores y especialmente algunos de aquellos autorretratos que se hizo desnuda en una playa báltica. Y el detalle para fetichistas; se muestra una Leica de 1936 de las que usara durante los Juegos Olímpicos de Berlín. Habrá que comprobar también si está colgada en Casa Revilla esa fotografía que le hiciera a Jesse Owens con Lutz Long y que guardamos desde hace lustros.
Ahora la manera más rápida de llegar a Valladolid es en tren, que te planta allí en menos de una hora. Así que mientras llega el sábado, nos preparamos para presenciar el previsible espectáculo bobo de rasgamiento de vestiduras.
8 comentarios:
Rasgamiento de vestiduras: qué pesimista es usted. O no.
Vaya, el anterior comentariasta es clavadito a Sven Hassel...
Interesante la biografía de la centenaria fotógrafa, que pasó de las celebraciones nazis a las tribus perdidas de África y de allí a los fondos marinos. Todo un pasado, en efecto. No se si digno de hacerse girones el uniforme de cursiprogre; si es así, que les cunda.
Uf yo de fotos regular pero con una cámara de cine puedo hacer virguerías...
La verdad, es que esto de pasar del Dalí de la apoteosis del Dólar a la imaginera del III Reich nos ha dejado sin respiración.
Uno se mete en su blog y no gana en sobresaltos con esta selección de olvidados, condenados, censurados, malditos en una palabras. Y doblemente malditos porque sus cuadros, sus poemas, sus fotos no han perdido un ápice de su fascinación.
Esta galería de desahusciados revela un conocimiento poco común, adquiridos sin duda a lo largo de toda una vida.
Uno imagina a un adolescente Alfaraz agarrado al embozo de la cama mientras murmura: "En Ocasiones veo réprobos"-
¡Vaya!, una exposición en mi tierra que si no dura mucho no podré disfrutar. Grande la Riefenstahl: como mujer, como actriz y como cineasta. Es uno de mis fetiches, por no hablar de su magnífico libro de memorioas. Saludos.
Señores,
hay que reconocer que nos están poniendo muy fácil la heterodoxia. En Barcelona, por ejemplo, basta querer ver una corrida de toros para considerarte un outsider y no digamos si además te quieres fumar un puro.
Nos vemos en Valladolid.
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La Leica IIIf es una cámara postguerra. La Leica que sujeta Leni en la foto es una Leica IIIa o quizá incluso una IIIb. La Leica se ve encima y parece querer igualarlas, es posterior (una Leica IIIc o quizás incluso sí una IIIf).
La "Leica" de la exposición de Valladolid era una falsificación un tanto chapucera en base a una Zorki soviética hecha en los 50 del pasado siglo (la "mutación" sería incluso bastante posterior).
Lástima de tan escaso rigor, más aún en un museo...
En realidad la primera fotografía no es de la expo que se organizó en Valladolid, sino de un aficionado que la colocó encima de la imagen de Leni para hacer una comparación.
Gracias por el comentario!
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