viernes, 21 de enero de 2011

Sebastianismo


XXXVI

"El vivir qu'es perdurable
non se gana con estados
mundanales,
ni con vida delectable
donde moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
e con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos e aflicciones
contra moros."


XXXVII

"E pues vos, claro varón,
tanta sangre derramastes
de paganos,
esperad el galardón
que en este mundo ganastes
por las manos;
e con esta confiança
e con la fe tan entera
que tenéis,
partid con buena esperança,
qu'estotra vida tercera
ganaréis."

JORGE MANRIQUE. Coplas por la muerte de su padre. (1477).


El retrato del desaparecido de Alcazarquivir fue pintado en 1565 por Cristóvão de Morais y se conserva en el Museu Nacional de Arte Antiga de Lisboa.



5 comentarios:

Olga Bernad dijo...

La batalla con el nombre más bonito del mundo, donde murieron reyes, sultanes y poetas. Visto ahora, desde tan lejos, el aire recio de las palabras de Manrique parecen tener un sonido premonitorio, dado que en Alcazarquivir, un siglo después, la desaparición del rey propiciaría la aparición de la leyenda y del sebastianismo. Otra forma de vivir (o pervivir)en el recuerdo. Julio Martínez Mesanza tiene un poema titulado así, Alcazarquivir, que seguramente conozcerás. Lo he vuelto a leer al hilo de tu entrada, una inquietante y poética versión de la derrota.
Es curioso cómo el tiempo limpia el violento olor a sangre de la historia y deja leyendas, cuadros y lecciones. O simplemente poemas que contienen todo y algo más.
Salu2.

José Enrique Viola Nevado dijo...

Efectivamente en Alcazarquivir lucharon (y murieron) una pléyade de poetas, mal llamados "menores" como Francisco de Aldana. A no dudar, la rota de Alcazarquivir fue la última vez en que una batalla es concebida y desarrollada como empresa de caballeros. Si Arturo fue el primer rey de gesta, Don Sebastián fue el último y por eso desapareció y volverá como Arturo, Rex Perpetuus et futurus, cuando su patria lo necesite.

Hecho el gasto a Caliope habrá que convenir que Alcazarquivir fue la crónica de un desastre anunciado y que desde sus inicios la campaña fue desaconsejada por todos los reyes y caudillos con dos dedos de frente (como Felipe II, el duque de Alba o el propio Aldana). ¿Influyeron en el último Avis los versos de las Luisiadas que le aconsejaban concentrar sus esfuerzos en el Algarve de Ultramar? ¿Murió Camoens al poco de conocer la noticia por su implicación en los hechos? Naturalmente no esperemos que nuestros vecinos portugueses se interesen por estas líneas de investigación.

Una cosa es cierta. Rolando tuvo su Roncesvalles y su canción, Son Sebastián tuvo su Alcazarquivir y su leyenda, pero el pobre del general Silvestre contempla el sine die de esa super-producción hollywoodense intitulada "Annual".

Alfaraz dijo...

No sabía del poema Olga, pero lo acabo de conocer; mis lagunas en poesía actual son baikálicas.
Me ha parecido de una épica muy contemporánea por metafórica. Gracias.


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Alfaraz dijo...

D. Henry yo siempre he pensado que Silvestre es el mejor -y penúltimo- ejemplo de sebastianismo hispano. Hasta hay quien lo asegura superviviente del Desastre y retirado en su morabito.

Y qué momento, la muerte de Aldana. Y que otro, la búsqueda del cuerpo de Don Sebastían.

¡Ah! Lusitania.



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enrique dijo...

Y en España, país de pícaros al fin, tuvimos al pastelero del madrigal.
Nombre por cierto de una confitería de mi antiguo barrio madrileño...