martes, 2 de agosto de 2011

Ab insidiis non est prudentia


Descubrimos ayer que Mateo Alemán murió en 1614, un año antes de lo que hasta ahora se pensaba, pues el historiador Juan Cartaya ha descubierto en un archivo aun por desvelar (la investigación más rigurosa no está reñida con cierto misterio, como demuestra Pérez Reverte cada vez que saca un libro) un documento que así parece demostrarlo. Contada así, la noticia no tiene mayor relevancia pues si para nosotros adelantarle el óbito en doce meses carece de trascendencia, al que debe traerle sin cuidado es al propio Mateo Alemán.

Pero los detalles sí parecen más interesantes por la historia dramática que encierra. El escritor sevillano puede considerarse uno de los primeros best sellers europeos, si tenemos en cuenta el éxito editorial que supuso su Guzmán de Alfarache, con múltiples ediciones y sus traducciones sin cuento que lo hicieron popular en toda la Europa culta. Por no hablar de las imitaciones y las versiones más o menos apócrifas de la obra. Pues resulta que el bueno de don Mateo por uno de esos cambalaches del destino muere pobre de solemnidad en la ciudad de Méjico, donde había emigrado ya en su madurez buscando mejor fortuna. Así quedó la historia; venda ud. todos los libros del mundo y dispóngase a que se tenga que pedir limosna para su enterramiento. Una ironía macabra como una vanitas barroca.

Por cierto que a tres días de saltada la noticia, comprobé que el asiento correspondiente en la wikipedia, esa suerte de Espasa de nuestros días, seguía sin tener actualizada la fecha de la muerte de Alemán, lo que parecía contradecir esa inmediatez que se achaca a la red de redes. Detalle que nos hemos permitido rectificar en honor a un paisano muerto en la indigencia.











3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que son las cosas y la telepatía. El día 31 de julio, aprovechando la vacación judicial, me he puesto a leer, por tropecienta vez el "Guzmán de Alfarache" según el manuscrito "C". Siempre lamenté los escasos medios económicos de Mateo Alemán, a pesar de haberse editado y vendido tantísimos ejemplares de sus obras, en vida de él.
Pensé que, con la ida a Méjico, había levantado cabeza, con eso de pegarse a su primo el millonario, pero no.
Ahora me entero que fue enterrado de limosna. ¡Qué pena!
L.S.A.

Alfaraz dijo...

Mateo Alemán de los tristes destinos. Si hubiera muerto en Sevilla se hubiera ocupado de él la Santa Caridad. En Méjico, el duelo duraría aún menos que mi anotación en la Wiki; 24 horas.



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Terzio dijo...

La Stª Caridad no recogía enfermos en 1614; Mañara nace en 1627 y hasta 1663-64 no comienza la reforma de la Hdª y la idea del hospital.

Mateo Alemán, en todo caso, habría sido asistido por su Hdª de Stª Cruz en Jerusalén, la de los Nazarenos de Sevilla, la única institución que le honra con recuerdo y ofrece por él sufragios.

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