martes, 15 de noviembre de 2011

Historia de un encuentro


Leíamos el otro día que el gobierno saliente se ha sacado de la manga el Premio Nacional de Tauromaquia, probablemente movido por la mala conciencia y como queriendo compensar dejaciones flagrantes. Frente a proteccionismos de ocasión habría que recordar que ni Rafael Gomez Ortega ni Antonio Ordoñez necesitaron nunca del criterio de políticos de turno. Por otra parte nos parece imposible que la Fiesta, contra la que no pudieron ni reyes ni papas, la ponga en riesgo el animalismo tontorrón que ahora se estila.

La pervivencia de la tauromaquia vendrá por su reconocimiento como patrimonio inmaterial de un pueblo y por la consideración del toreo como lo que es; arte efímero, aunque no esté al alcance de todos. Y hacer accesible
ese misterio lo consigue el documental de Ader Duque que nos pasaron ayer "Morarte. Historia de un encuentro" en el que la protagonista es la Fiesta y la excusa es Morante de la Puebla.

La fotografía, de la colección de Juan Pelegrín, otra de las Bellas Artes.









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