lunes, 23 de enero de 2012

Artes del libro


El rótulo más moderno de Madrid, tipografía hecha piedra de vanguardia, está en esa céntrica calle que -juego de contrastes- suena a Siglo de Oro: Concepción Jerónima. La fachada racionalista impacta por su funcionalidad entre palacetes austria y caserones que apenas han cambiado desde que Galdós escribiera Fortunata y Jacinta.
El edificio lo proyecta en 1931 Javier Ferrero Llusiá (con la ayuda de Luis Bellido) en ese deseo saneador de la II República, que en este caso quiere sacar la imprenta en la que se edita el Boletín Oficial del Ayuntamiento de aquellas covachuelas misérrimas donde se venía haciendo. Será la última construcción de Ferrero Llusiá al que debemos otras dos destacadas obras en la capital; el Viaducto de la calle Bailén (icono de ultraístas y cornisa de salto para suicidas) y el mercado de la Puerta de Toledo, proyectado como Mercado Central de Pescado y reconvertido en centro comercial con ínfulas de modernez, pero que en décadas no acaba de levantar cabeza.
Por cierto, descubrimos ahora que a pesar de los encargos del gobierno de la República (o precisamente por ellos, vaya ud. a saber) tanto Ferrero Llusiá como su padre Ferrero Tomás, también arquitecto, fueron puntualmente paseados bajo el auspicio de la legalidad republicana de aquel Madridgrado 1936-39.

La noticia es que desde hace unas semanas la Imprenta Municipal nos deja que conozcamos por dentro sus tres plantas, con su fabril patio de luces, sus escaleras completamente bauhaus y su olor a tinta y a resmas. La planta baja se divide en dos espacios, la parte principal está ocupada por un museíto en el que muestran desde las antiguas imprentas manuales hasta las espectaculares máquinas mecánicas que necesitaban de varios operarios y que desplazaría definitivamente el offset, sin olvidar los apartados de encuadernación y grabado. Por otra parte están las instalaciones en las que sigue funcionando la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento donde se imprime cada año un cotizado tomito de poesía, así como otra serie de ediciones cortas que sirven como regalos institucionales.
El viernes nos lo enseñaron minuciosamente y hay que recomendar la visita guiada por simpáticas azafatas. No todo van a ser libros.










2 comentarios:

enrique dijo...

Pronto te van a nombrar cronista oficial de la villa y corte.
Lo tienes todo; conocimientos, curiosidad, finura de estilo, sentido del humor y de la estética y además no eres de Madrid.

Alfaraz dijo...

Sí Enrique, estoy esperando recibir el nombramiento de la alcaldesa. En la hipérbole llevo la penitencia.


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