lunes, 13 de agosto de 2007

Incipit vita nova


A pesar de lo laborioso de este verano matritense, me dedico a saldar antiguas cuentas lectoras; La vida nueva de Pedrito de Andía ha sido la última. La termino ahora y tengo la sensación de haberla leído con 20 años de retraso.
Es cierto que las primeras páginas me recordaron peligrosamente a La vida sale al encuentro, pero una vez acabada es fácil concluir que la supera ampliamente, aún reconociendo las coincidencias que como novelas de adolescencia puedan tener.
El joven Pedrito narra en primera persona, y lo primero que llama la atención en la prosa es ese modo de escribir como infantil, inocente y sincero. ¿Se trata de un recurso literario? No lo creo; Sánchez Mazas volvió a nacer después de que lo fusilaran en 1939, por lo que lo escribió con doce años si tenemos en cuenta que lo hace en 1951.
Por lo demás se trata del ameno relato en clave autobiográfica y de referencias familiares; primer amor, formación... evocaciones carlistas y constante alusiones a la cultura vasca como integrante e integradora. "... quiero a este leal señorío de Vizcaya sobre todos los señoríos, y a España, después de Dios, sobre todas las cosas".

En la fotografía de arriba, nuestro autor visita las obras del Valle de los Caídos, y le muestra los planos un conocido general gallego. Nombrado ministro sin cartera, ya lucía sobre su camisa viejísima -de las primeras- la guerrera del Nuevo Régimen. Pero esa es otra historia.




Imagen: Rafael Sánchez Mazas visita las obras en Cuelgamuros (1940).

2 comentarios:

Adopcion Espiritual dijo...

Ni recuerdo cuando leí la novela de Sánchez Mazas. La evoqué al leer "Aquel verano" de Aranguren y efectivamente él también la había leído.

A mí me encantó.

¿Todavía se lee "La vida sale al encuentro"?

toñi

Alfaraz dijo...

"La vida sale al encuentro" se sigue reeditando, si. Hace poco vi una edición muy reciente. Eso a pesar de que Mrtín Vigil se secularizó y dejó de ser jesuita.

En fin...!

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