Dont les noms sur les murs moisis
Se défont déjà et s'ecaillent;
Ils ont souffert et espéré
Et parfois l'espoir était vrai
Parfois il dupait ces murailles.
Venus d'ici, Venus d'ailleurs
Nous n'avions pas le même coeur,
Nous a-t-on dit. Faut-il le croire?
Mais qu'importe ce que nous fûmes!
Nos visages noyés de brume
Se ressemblent dans la nuit noire.
C'est à vous, frères inconnus,
Que je pense, le soir venu,
Ô mes fraternels adversaires!
Hier est proche d'aujourd'hui,
Malgré nous nous sommes unis
Par l'espoir et par la misère.
Robert Brasillach. ECRIT A FRESNES (Les Editions Plon, 1967).
Frente a la poesía carcelaria que ya ha pasado por aquí; aquello de la prisión parisina de Cherche-Midí y tambien lo del penal de Chinchilla, ésta del fuerte de Montrouge será la única que a la postre acabaría silenciada por las balas frente al paredón de fusilamiento. Y ocurre que cuando el encierro es fecundo, parece que se concentra en los versos la sinceridad destilada de impurezas que en este caso es todo optimismo y alegría de vivir, paradoja que resulta de la poesía que promete.
Además, a este medio catalán se le mantuvo en la carcel con los instrumentos por los que sería condenado a muerte; armado con la pluma estilográfica y escudado tras las gafas de concha, pues jamás disparó un solo tiro. Resultó ser —luego se se supo— menos colaboracionista que sus propios jueces pero aquella Francia vencida y humillada, necesitaba inmolar algunas víctimas en el altar de la Democracia. La hora de los enanos, ya se sabe.
8 comentarios:
Bien traído; el proceso a Brasillach es muy típico de la depuración: la deliberación del tribunal duró lo que dura un café. No es de extrañar que otros como Drieu optaran por el suicidio.A Céline le salió mejor la jugada, pues tanto se demoró su extradición desde Dinamarca que cuando lo juzgaron ya no se dictaban penas de nuerte.
Hace usted muy bien en recordarnos que aquellas altaneras democracias de la posguerra que nos negaron el pan y la sal vivieron también su guerra civil, con su terror blanco, terror rojo, represión, guerrillas, etc. Mientras aquí buscamos cadáveres exquisitos que se desvanecen en cuanto el zahoríes cavan buscando la aurora roja, el resto del continente ha transformado en gesta heroica aquello de lo maquisard y ha enterrado el asunto a base de bien.
En otro aspecto a ver si nos puede ilustrar sobre la prisión de Cherche-Midi, de la que no sabemos absolutamente nada y queremos enterarnos de todo.
Me impresiona muchísimo, Alfaraz. De muertos que no pegaron un solo tiro, de horas e incluso décadas de enanos, aquí tenemos para dar y vender y de todos los colores. Y la falta de generosidad es infinita. Yo creo que hay cadáveres exquisitos que merecen cristiana sepultura, por encima del circo de unos y de la mala baba de otros. No creo que eso sea buscar ninguna aurora roja. Hasta las tribus más feroces dejaban un tiempo tras la batalla para que cada bando recogiera a sus muertos. Aquí, con lo chapuzas que somos para casi todo, hay una cosa que hacemos muy bien: borrar el cuerpo, el nombre y la pluma de quien no nos gusta. Y razonarlo con argumentos de paz, que ya es el colmo.
Saludos.
No sé, eso de cristiana sepultura cuando la familia se ha opuesto a ese inútil combate. Ya me contará a quién beneficía esta búsqueda. Por lo demás cuando el nombre y las palabras de alguien perviven poco importa donde esté su cadáver.
En fin, cuando el desentierro se haga pensando en los dos bandos y nadie borre la pluma, la espada o el monumento del rival, o del que creemos que es rival, entonces cambiaré de opinión.
Por lo demás no creo que estas cosas sólo pasen aquí. Recalco que entre el 1936 y 1947 casi todos los países pasaron por experiencias semejantes a la nuestra, pero han procurado olvidarlo. Si van a empezar a envenenar el presente distorsionando el pasado, poniendo cadenas perpetuas a muertos, haciendo damnatio memoriae y todo eso, mejor que se quede como están.
Del paralelismo Brasillach-Lorca, que yo también intuí, en seguida me fueron desengañando las diferencias.
Yo soy partidario de recuperar y dignificar los poetas muertos en ambos bandos pero como glorias nacionales que los hay (como Federico) y no como armas arrojadizas. Y está visto que con la legislación del actual gobierno eso es imposible.
En el caso del granadino, la negativa de la familia a las excavaciones ha resultado muy significativa en vista de los resultados.
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D. Henry, queda pendiente algo sobre la Balada de Cherche Midí de González-Ruano. Y tambien sobre Jaime de Foxá de quien leo algo ultimamente y que me recuerda a su Sr. padre.
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Yo no quiero distorsionar el pasado. Quiero verlo con la mirada lo más limpia posible. Y, desde luego, no olvidarlo. Y no me beneficia ni me perjudica que esos huesos se encuentren: me parece una mera cuestión de justicia a una víctima inocente que es un español universal y ya lo era en su corta vida.
Sobre la utilización que algunos hacen, he tenido pruebas personalmente. Eso no quita para que mi opinión siga siendo la misma. Comprendo que la familia esté harta del asunto, pero sinceramente pienso que no hay argumentos de paz que valgan en este caso ni en muchos otros. Pasó en muchos sitios, pero reconocerá que aquí somos muy especiales, para bien y para mal.
De todas formas, tal vez no era lo fundamental de la entrada que, repito, me ha impresionado.
Saludos.
¡Qué grandes son os verdaderamente grandes! Aunque los enanos traten de silenciarlos.
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