sábado, 19 de noviembre de 2011

Aquel imperativo de belleza



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...Un supremo imperativo de belleza asistió a la víctima en el sacrificio. Un gusto por la forma, un respeto ideal por las jerarquías inermes [...] Las escuadras se mandan aquí contra los hombres, pero también, ¡no faltaba más!, contra los elementos. Se apetece la honra, pero se sabe que no hay honra entera, si se pierden los barcos. La palabra del que va a morir, puede pasar del Testamento a la lápida; pero no puede pasar al latiguillo.
De cara a la muerte, José Antonio testimoniaba, a la vez que de su adhesión a la vida, de la gentileza elegante de esta su vocación. Su anhelo no era un apetito. Su fortaleza no era una adustez. Moría más bien, en cierto sentido, con el desdoble irónico de un Sócrates que con la entereza fanática de un Séneca… Y ésta es la ley del Testamento.
»

Eugenio d´Ors. Publicado en Arriba el 19 de noviembre de 1944. (Pag. 3)

Como deciamos ayer, una de las historias lúcidas (pero oscurecidas) de d´Ors puede ser esa interpretación que hace del testamento de José Antonio al que toma en comandita con Sócrates, con Ulises, con Manrique... y le abre las puertas de la Legenda Aurea. Esto es; del sebastianismo a la leyenda dorada. Se diría que d´Ors nos persuade del sofrosine joseantoniano por el contraste con la redacción de su propio texto.

A pesar de la jornada de reflexión ¿? parece que cierta concentración ha sido finalmente autorizada con todos los marchamos y tampones necesarios, de manera que ya sabemos lo que eso significa, numerosas furgonetas blindadas y dos antidisturbios por cada concentrado. Habrá que plantearlo de otra manera: esta noche a las 21:30 reunión de amigos bajo el Angel Custodio en Génova 24.







4 comentarios:

Anónimo dijo...

Allí estaremos, en Génova, bajo la imagen del Ángel Custodio de Chausa, para recordar a quien tuvo el honor, la dignidad, la gallardía, el valor, la solidaridad, el sentido de la justicia y la españolía de la que siempre hemos carecido la mayoría de los españoles. José Antonio sigue presente.

Alfaraz dijo...

Allí estuvimos, y puede que hasta nos saludáramos, no lo sé. Te hubiera dado la razón.

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enrique dijo...

Las manchas rojas bajo ese nombre y ese apellido, ciertamente, no afean la pared...

. dijo...

La foto es de cuenca y aun hoy el emblema resiste al tiempo y a los cobardes