miércoles, 22 de agosto de 2007

El poeta-soldado en Fiume


Este mes batallador nos trae el recuerdo de la hazañas bélicas del pescaresi Gabriele D´Annunzio, y a modo de homenaje leo esa novela romántica, violenta y decadentista que es El Placer. Por otra parte completamente pasada de moda, lo que me hace pensar que para entretener de verdad no habría necesitado más que narrar su propia vida que es de por sí una novela.
Poeta desde la infancia, novelista, dramaturgo...y redactor de la Constitución de aquel sueño precursor que fue la República de Fiume, de la que él mismo fue Comandante. Su vuelo sobre Viena, sólo supuso el comienzo de una vida heroica al servicio de Italia en la que le vaciaron un ojo y le llenaron el pecho de medallas. Su obra literaria había empezado muchos años antes.

.
"Bienaventurados los que tienen, porque podrán dar más, porque podrán arder. Bienaventurados los que tienen veinte años, una mente casta, un cuerpo templado y una madre animosa. Bienaventurados aquellos que, esperando y confiando, no disipan sus fuerzas, sino que las preservan con la disciplina del guerrero (...) Bienaventurados los que tienen hambre de gloria, porque serán saciados (...) Bienaventurados los puros de corazón, felices al retornar victoriosos, porque verán la nueva faz de Roma, la frente coronada de Dante, la belleza triunfal de Italia"
.

A mi modo de ver representa la renovación del modelo clásico del poeta-soldado que en España tiene su más acabado ejemplo en Gracilaso, y muchos años después -porqué no- en Dionisio Ridruejo.
No es fácil encontrar en España la obra D´Annunziana, y aunque en Italia sí lo es, su biógrafa Annamaria Andreoli aún prepara sus obras completas y va por cuatro mil páginas.
Como la lectura de la una novela parece poco por recordarlo no se me ocurre nada mejor que visitarlo en su tumba elevada sobre un monolito junto al lago de Garda y rodeado de las de sus legionari. Será el mes próximo si los días son propicios.





Imagen: Gabriele D´Annunzio en 1918.

3 comentarios:

Terzio dijo...

Dichoso tú si puedes escaparte al Garda...aunque sea para esa excéntrica (?) visita a la tumba de D'Annunzio.

Un poeta-soldado (o viceversa?) es un peligro si se mete a político; terminan siendo un Nerón...o algo peor.

Pero me gusta D'Annunzio, tan decadente, como bien dices.

Lo que no le entiendo es ese "nacionalismo" italiano, porque Italia ha sido más italiana y universal cuando era esa suma de repúblicas, ducados, señorias, etc. Quiero decir, que Italia-Italia, la de antes del Risorgimento.

Por lo menos, a mi, me gusta más como entonces.

¿No?

+T.

Alfaraz dijo...

El ideal D´Annunziano es el Imperio Romano.
No me lo imagino combatiendo -por ejemplo- por la República de Venecia o por la Toscana. Hasta su casa la dedicó: Il Vittoriale degli Italiani.

Terzio dijo...

Nada menos "italiano" que el Imperio Romano, ni nada menos "imperio romano" que la Italia, la bella Italia.

Lo romano-romano, despareció con Teodosio...incluso un poquito antes.

Y la Italia, la bella Italia, eso es otra cosa.

(Por cierto, lo más y más auténtico del "Imperio Romano" que "sobrevive", es la Cosa Nostra...y el Mare Nostrum).

+T.