Adolfo Suarez Illana presenta en la plaza de toros de Vistalegre a Morante de la Puebla. Como si hiciera falta. Diremos que anuncia su regreso a los ruedos, y nos insiste que esta vez es para siempre.
El 29 de febrero esperamos que se remuevan los viejos cimientos del antiguo Palacio de Carabanchel cuando el de la Puebla se abra de capa. Para eso viene desde la marisma del Guadalquivir a la meseta de Castilla. Allí dejará sus gallos de pelea y sus burros.
El 29 de febrero esperamos que se remuevan los viejos cimientos del antiguo Palacio de Carabanchel cuando el de la Puebla se abra de capa. Para eso viene desde la marisma del Guadalquivir a la meseta de Castilla. Allí dejará sus gallos de pelea y sus burros.
Rafael de Paula ya no hará pública protestación de fe morantista como en aquel instante que recoge esta secuencia emocionante. Será un 29 de febrero cuando iremos a ver a D. José Antonio Morante Camacho. Yo ya tengo mi entrada.
5 comentarios:
D. Rafael de Paula también parece que le dice: "De aquí... a la Gloria".
Morante, genio y figura.
No sé...
Pero ese "género" del "artista" no me termina de convencer: Más pose que lidia, más estampa que ruedo, más capa que capote, más gesto que estoque...
Son como el estrambote del soneto de Cervantes: "...caló el chapeo, requirió la espada,/miró al soslayo, fuese, y no hubo nada".
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Yo es que sólo, sólo, soy de Curro.
Me viene de familia, ¡ qué le voy a hacer !
A Paula lo ví ¿torear? una tarde en el Puerto, fue de bochorno, pero en casa siempre ha sido el segundo, detrás del "único".
Cosas del Arte.
Hombre, Morante es el heredero natural de Curro.
Hasta en su éxito madrileño antes que sevillano.
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Estaré pendiente de Morantes, a ver...
Empezaré por el paseíllo.
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