jueves, 3 de abril de 2008

El rincón favorito

Hoy por la tarde recibo una llamada desde uno de los más bellos jardines del mundo. Por nada especial; sólo para confirmarnos que siguen en su sitio en este adelanto de verano.
Y recuerdo y recupero un parrafo de madurez de uno de nuestros clásicos. Mitad evocación nostálgica, mitad ensoñación romantica. Se nota que está escrito por un hombre que sabe que esa situación no va a poder repetirse jamás.

"...Solía yo pasar horas enteras en cierto rincón favorito, de donde podía oír a mis anchas el copioso raudal que de la boca de un león, con plácido susurro, se deslizaba a una dilatada alberca, y no hubiera cambiado los altos muros, incrustados de rústicos arabescos en su parte superior y forrados en la inferior de espesas varas de naranjos y limoneros, por el más grandioso de los parques que después he visto y he aprendido a admirar en Inglaterra.
En aquel bienhadado asilo, casi solo, porque, si no es dos o tres días en el año, pocos son los concurrentes a los jardines del Alcázar, oyendo el ruido de las tijeras de los jardineros, que, cortando las fibras del boje y del arrayán, las forzaba a exhalar por doquiera sus esencias perfumadas, mi imaginación se gozaba en su propio recogimiento, como el ave criada en una pajarera, que nada desea de lo que está más allá de sus alambres. (.../...)

Yo, que no disfrutaba otros placeres que los que me suministraba mi imaginación, no pasaba jamás debajo de las amenazantes clavas de los gigantes sin deleitarme en pensar que suspendían el golpe en mi favor y que estaban prontos a descargarlo sobre el primero que osase profanar la escena de mis sabrosas ilusiones."

J.M. Blanco-White. ALCAZAR DE SEVILLA (1825)









1 comentario:

Terzio dijo...

Es un tema recurrente en nuestros románticos. Tu quasi paisana Dª Cecilia también era una adicta a los jardines del Alcázar, su casa.

Hoy, con rosas llovidas y hasta algunos azahares tardíos despetalados en los charcos, deben estar al gusto de una romántica melancolía de Abril.

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