domingo, 14 de junio de 2009

El nuevo Reina Sofía


Huir del Museo como almacén del arte puede llevarnos a convertirlo en parque de atracciones, y conste que no hay nada en contra de ambos conceptos, al contrario. Se disfruta mucho repasando las antiguallas magníficas que se hacían el siglo pasado, sobre todo si las comparamos con algunas que se pudieron hacer el mes pasado. Pero además -porqué no- se lo puede uno pasar muy bien en un parque temático.
Una maqueta junto al Guernica, y poco más allá un chill out interpretativo –generador de sinergias, nos avisan– o una sesión de continuada de vídeo al que podríamos llamar Val del Omar non stopping.
Para el director del Reina Sofía, el didactismo es la premisa de la nueva remodelación de la colección permanente, y se puede decir que lo está consiguiendo; el que no aprenda a encontrar la salida entre toda esta sucesión de salas que se prepare a pasar allí la noche.

Las obras se presentan ahora en su contexto temporal, ya no existen los monográficos por autores. La sala Dalí, por ejemplo, ya no existe y se lo puede encontrar en tres salas diferentes, entre la segunda y la cuarta planta. Muy conseguido el emparejamiento por el contraste de José Guerrero/Esteban Vicente, y de lo mejor de la reforma la sala de Neorrealismo español; de las fotos de Catalá Roca a El Pisito de Marco Ferreri.

De la exumación que se nos avisa el folleto, resultan otros almacenajes simultáneos: de Ponce de Léón sólo nos han dejado El accidente, aunque muy bien acompañado por Remedios Varo y Ángeles Santos, y han vuelto a los sótanos El sueño, y Arquitectuta urbana. Una vez más –peor para todos– Pancho Cossio, ni está ni se le espera.



10 comentarios:

Buenos dias con Poesía dijo...

La próxima vez que vaya a Madrid no me lo pierdo. No conocía a este pintor que por lo que leo debio ser del grupo de José Caballero.

José Enrique Viola Nevado dijo...

¡Qué rollo!

Á mí me gustan los museos de sala de esto, sala de lo otro y prefiero las salas abarrotadas de cuadros a dos o tres lienzos perdidos y puestos según el gusto del director de turno.

En fin, detrás de cada gran museo hay un almacén que cruje.

Olga Bernad dijo...

Pues yo enseguida me pierdo en los edificios oficiales, todos son un poco El Castillo para mí, así que me imagino toda la noche recibiendo sinergias generadas o algo así. Intentaré, si puedo ir, hacerme con un guía que se oriente y pueda contarme cosas que ilustren mi ignorancia.
Es estupendo pasear contigo un rato, aunque sea virtualmente;-)
Saludos.

ONDA dijo...

No se yo esa reforma que tal saldrá, panico me dá.

De hecho cuando lo inauguraron deje en sugerencias una nota.

Demasiado espacio desaprovechado.

Me enteré hace poco que los sotanos guardan muchos cuadros y que son exposiciones temporales que allí quedan .

Eso ha pasado con el collage de Adriano Homenaje a Villalón.

Imaginate gente (no se si fue este el caso) que dona obras y luego no se exponen.

Y esa mezcla de arte vanguardista con finisecular.
La desaparición del Casón todavía en remodelación desde el 94 otro escándalo.
Y no sigo que me quemo y es lunes

Alfaraz dijo...

Pues sí JL. , Ponce de León y Caballero coincidieron ambos colaborando en La Barraca. En Malaga no hay obra suya en manos públicas, aunque aun queda algún sobrino-nieto...



D. Henry, ud. tiene una concepción museística muy decimonónica, por lo que en Madrid disfrutaría en el museo Cerralbo. El dormitorio del sr. marqués es un palimpsesto pictórico que acaba en el XVIII.

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Alfaraz dijo...

Gracias Olga, para orientarte cuando vengas de visita podrás pedirte uno de esos telefonillos que llaman "audioguía". Con lo cual parece que tu pérdida está asegurada.


Ignacio, ese grabado de Adriano no aparece en la exposición permanente desde que Juan Manuel Bonet dejó la dirección del museo. Como imaginarás fue otra de las piezas que anduve buscándo.
Algún dia tendremos que preparar -aunque sea virtualmente- ese museo de las Vanguardias con las obras que nos están escamoteando.

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xGaztelu dijo...

Aún no he visto la reordenación, pero cierto miedo sí que da lo que dices: los experimentos mejor con ...

xG

José Enrique Viola Nevado dijo...

Pues si adoro el museo decimonónico, tanto el de arte como el de historia natural.

De acuerdo que ese museo está basado en el abarrotamiento, en la descontextualización y hasta en el pillaje, pero -y esto lo aprendí en Stephen Jay-Gould- se muestra todo. Se parte del entusiasmo en que todo es valioso, todo vale la pena, todo merece ser enseñado.

Y también se considera que el espectador tiene todo el tiempo del mundo y que le fascinan tanto los tintorettos como los trilobites o las urracas disecadas. Vamos, que se le considera un ser inteligente.

Finalmente el propio Gould nos señala la causa de nuestro horror hacia estos museos del XIX. Se han dejado venir abajo, se ha dejado que se oxiden que se llenen de polvo...

Uno la tuvo suerte de ver el museo romano de Mérida antes de Moneo y era un almacén descascarillado pero fascinante. De hecho el propio Moneo quiso reproducir en su obra esas interminables filas de capiteles, columnas, relieves, pero no le dejaron.

En fin, que la actual concepción museística nace d ese final de la peli de Indiana Jones en el que el Arca de la Alianza acaba guardada y bien guardada.

Alfaraz dijo...

En el museo de América de Madrid, D. Henry, hay un par de salas montadas al modo de Gabinete de Curiosidades, donde uno se encuentra trebejos y achiperres de toda laya.

Cada vez que voy me da la impresión de que los visitantes se llevan al descuido los objetos que quieren y que van rellenando los estantes con otros parecidos.
O sea, que estarían renovando los fondos permanentemente.

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José Enrique Viola Nevado dijo...

¡Huy! ¡Eso suena a museo interactivo!

¡Lo que nos faltaba!

Seguro que alguien le copia la idea.