sábado, 19 de septiembre de 2009

In exiguo nunc ego sarcophago


CONSIDERAM MVSIS FRANCISCVS GRANDE LYCOEVUM
CONDOR IN EXIGUO NUNC EGO SARCOPHAGO
PROETEXTAM JVNXI SACCO, GALEAMQVE GALERO,
FRATER, DVX, PROESVL, CARDINEVSQVE PATER
QVIN VIRTVTE MENAM JVNCTVM EST DIADEMA CVCVLLO.
CVM MIHI REGNANTI PARVIT HESPERIA.

Si no estuviésemos avisados, todo este libro escrito a base de párrafos arcaizantes de refranes antiguos y dichos en castellano viejo, pensaríamos que en vez de Luys Santa Marina, lo habría escrito el mismísimo Pedro Martir de Anglería, al que por cierto se cita un par de veces en estas páginas. Seguro que a quién no le importe tener la impresión de estar leyendo como legajos antiguos disfrutará con este libro.
Luys nos participa de la vida del Cardenal Cisneros, por el que nos transmite su admiración sin ahorrarle su carga violenta y autoritaria de hombre de Estado, ni su sacrificio y piedad de hombre de Iglesia.

El texto del sepulcro, en el alcalaíno Colegio de San Ildefonso, lo redacta Juan de Vergara, y el propio Santa Marina nos lo traduce como remate de la biografía:

"Yo, Francisco, que hice levantar un gran Liceo en honor a las Musas, descanso en este reducido sarcófago. Ceñí la púrpura con el sayal, usé del casco y del píleo; fraile, caudillo, ministro y cardenal; llevé al mismo tiempo, sin pretenderlo diadema y cogulla, cuando España me obedeció como rey."

Sólo en una cosa no podremos darle la razón al epitafista Vergara, pues ni el sarcófago nos parece tan reducido, ni las magníficas fotos de Alejandro Blanco nos dejarán por mentirosos.




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1 comentario:

enrique dijo...

Benemérita colección austral!!