lunes, 23 de noviembre de 2009

De inciertas lecturas juveniles

Ed.Trieste001A

«...Comprendí que no podía seguir despilfarrando mi fatua juventud y que urgía decidirme a vivir cara al Tiempo, como es de ley que se viva. Dí, además, en aterrarme considerando que, si ya a mis veinte años me enfrascaba en lecturas jansenistas, dentro de otros veinte acabaría, erudito y chocho rematado, devorando Guías Ferroviarias, Tablas de Logaritmos y demás lindezas. No había pues, tiempo que perder, ni azules cobalto que admirar: la retirada era ineluctable y apremiante».

MIGUEL VILLALONGA. Autobiografía (Ed. Trieste, 1983.) Pag. 107.

Unos me tenían advertido de que a los hermanos Villalonga, (a los que imaginaba como la versión mallorquina de los Cuevas) había que acercarse por Bearn o la más ligera Muerte de una Dama del hermano mayor, pero otros me ponderaron tanto esta Autobiografía del más pequeño, Miguel (Mallorca 1899-1946) que cuando he podido conseguirla en la cuidada edición de Trieste, todo lo demás ha tenido que esperar.
En toda la narración, desde el niño provinciano al militar en la guerra de África y la vuelta a la vida civil, mantiene una ironía fina y hasta sarcasmo sin que se libren de ambos él mismo y sus propias convicciones. La lectura es rápida y no hay párrafo del que no merezca la pena recordarse algo. A la sinceridad de la escritura probablemente contribuyera el saber Miguel que su propia muerte por enfermedad degenerativa estaba cercana, hasta el punto que ya no vería impresa la primera edición. Y se diría que ese ars moriendi que impregna todo el relato es el que, en cierta manera, lo convierte en genial.

Por cierto, que de la calidad de los libros de la desaparecida editorial Trieste —ese embrión de Trapiello que luego se llevaría a Comares— lo demuestra el hecho de que éste de aquí se cotice tanto como la edición original de 1947 de Janés, lo cual ya quiere decir algo.




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7 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Éste me lo tienes que dejar si un día voy a Madrid. ¿Tú te atreves a prestar libros? Yo soy muy formal, que conste, sobre todo con según qué cosas;-)
Tienes una erudición editorial envidiable.
Saludos.

P.S.: ¡Y gracias por meter a las Caricias en tu flickr!

Hutch dijo...

Las memorias del hermanísimo "Falsas memorias de Salvador Orlán" son muy buenas, en la línea de "Bearn".
Saludos.

Alfaraz dijo...

Me atrevo Olga. Ay, si no fuera por los que he leído yo prestados de esos que no hay quien los encuentre...
Te reconoceré que yo lo que tengo es mucha curiosidad.



Gracias por la recomendación Angelus, que estoy en plena búsqueda de obra villalonguiana, sea de Lorenzo, de Miguel, o común que también la hay.


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enrique dijo...

Ese libro lo vi en tus manos, Marañón por medio...

Morgenrot dijo...

¡ Otra joyita !, y vaya visión futurista e irónicamente ingeniosa del autor.

En el Cervantes virtual no he logrado encontrar nada.

Saludos y que disfrutes del referido libro que para eso sabes buscar y encontrar.

Joaquín dijo...

Además los libros de Trieste se editaban en buen papel, y pueden durar siglos. Antes se extingue el e-book.

Alfaraz dijo...

Enrique, precisamente he encargado el Marañón de Gómez-Santos.

En Google Libros Morgrt., puedes encontrar algo de Villalonga casi al completo. Pero claro, nunca será igual que leerlo en libro.
Como dice Joaquín, ese verjurado crema tiene algo especial.


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