martes, 9 de marzo de 2010

Memoria de Fernando Villalón


¿Qué será lo primero que eche de menos un sevillano en Madrid? Yo respondería al punto: los naranjos. Por las calles te encuentras acacias, plátanos, olmos, pero ni en El Retiro hay naranjos. Una vez un madrileño nos avisó de que había visto uno en no se que sitio, pero en caso de existir sería una rareza, porque el invierno de aquí no hay naranjo que lo resista.

Y hoy imagino a Fernando Villalón plantado en medio de la avenida de la Reina Victoria de Madrid, sus tristes últimos meses de vida y su muerte tan de desarraigo. Aquel caballero de la marisma, el de los paseos por Sevilla, el amigo de las tertulias...
Aunque parece que hasta el último momento quiso aparecer bragado, Villalón sabía que se moría y unos días antes escribe a su prima Aurora Halcón "Siento que la que nunca nos olvida me anda rondando..."
El dia después de su muerte se le entierra en la fosa común del cementerio de la Almudena y se leen en su testamento aquellas palabras terribles para con su hermano.

Pero fue en el cabo de año cuando sus amigos de Madrid y Sevilla se reunieron para ponerle en la puerta de su casa, que había sido la de todos ellos, en San Bartolomé 1, la placa de marmol que no tuvo en el cementerio. Por la nómina de los amigos puede intuirse la calidad del homenajeado, y aunque no estén todos asomados a ese balcón, podemos reconocer al menos a Bergamín, Alberti, Pepín Bello, Sánchez Mejías, Romero Murube, Salinas...
La fotografía es propiedad precisamente de los herederos de D. José Bello Lasierra y este marmol es -afortunadamente- de los que siguen en su sitio.



11 comentarios:

Antonio Rivero Taravillo dijo...

No pocas veces he visto esta placa en la pared que la sustenta. Se trata de uno de los rincones más hermosos de Sevilla, y la torre de San Bartolomé, aledaña, también una de las más bellas.

Ah, los naranjos. Allí hay algunos, si no me equivoco.

Alfaraz dijo...

Pues sí Antonio, ese era su ambiente.
Yo creo que lo que Villalón queria era lo de aquel fox-trot I Want to be Alone in the South.



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enrique dijo...

Quizá sean los propios sevillanos los que hagan de naranjos en la villa y corte...

Buenos dias con Poesía dijo...

El que criaba toros de ojos verdes... Pues menos mal que no hay olor a azahar ya que si no la añoranza de tu tierra en la primavera sería insoportable. Como dice el Pali o el trovador de Sevilla, pero más penita es, estar lejos de Sevilla soñando verla otra vez

José Enrique Viola Nevado dijo...

Úno descubrió San Bartolomé en una tarde de lluvia y sol y desde entonces la calle verde y sus aledaños me parece un islote paradisiaco, una sorpresa que se renueva cada vez que tengo la dicha de recorrerlo.

Y en su humildad, la iglesia de San Bartolomé me parece de las más hermosas de la metrópoli hispalense; su perpetuo albor siempre me ha parecido un reflejo de santidad.

Ese acopio de grandezas debe tener algún razón. Tal vez el paso por allí de Villalón y Mañara. Sólo alguien henchido de las buenas esencias de Sevilla era capaz de dirigirse al Hércules Hispálico.

Gracias, Don Alfaraz por hacernos valorar lo mucho que tenemos.

Alfaraz dijo...

Enrique, tanto como un naranjo no, pero algún capullo de azahar sí que me he encontrado por aquí de Sevilla...

Ya ves JL. que no hay mal que por bien no venga; yo no huelo la primavera hasta que no me bajo del Ave.


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Alfaraz dijo...

Pues sepa D. Henry, que la calle Verde la cita Villalón no se si en un poema o en una carta, y su primo Manuel Halcón recoge esa cita en el libro que le dedicó.
En cuanto encuentre el texto se lo mando.


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Olga Bernad dijo...

Yo no pasé por allí;-(
Es que tengo que volver...
De momento, nos vamos p´a madrí, que no es poco.
Ve pensando rincones de esos que no hay que perderse, que las chicas de provincias somos como las japonesas(pero con los ojos sin rasgar): queremos verlo todo, todo y todo;-)
Bonita entrada, bonita foto, y muy cierta esa apreciación de don Enrique, que quizá sean los propios sevillanos los que hagan de naranjos allá donde vayan. A mí me gusta su acento.
Salu2

ONDA dijo...

A mi abuelo, íntimo amigo de Fernando le cogió su muerte en Lisboa 1930 y desde allí le dedicó un bello poema....

...
" Fernando murió muy lejos
del Guadalquivir natal,
río de taurinos peces,
que, en garrochas de cristal,
dando el salto del tras cuerno,
saltan del testuz del mar."

Y el 12 de enero de 1935 le dedica un homenaje como bien sabes
en el Ateneo de Sevilla...la famosa

TELEFONIA CELESTE

mientras José Caballero ilustraba las palabras de Adriano con tizas en una pizarra ...

Permitidme que entresaque de su famosa conferencia este párrafo:

"Fernando Villalón es el último asidero que una Andalucía tangible que se nos va de las manos. Descendiente elegido de una raza milenaria, que fue amada por los dioses de todas las teogonías, supo entonar, con magnífica expresión de dies irae litúrgico , la elegía del ochocientos, el canto del cisne de una fauna y una flora que períclita en sus romances. Su poesía tiene acontecimiento de naufragio geológico, como si una de aquellas islas bajas del delta del Guadalquivir, que repobló con sus toros, fuese desapareciendo, poco a poco, bajo las aguas, en un abordaje heroico de nave tartessa contra los gánguiles implacables de las dragas".

Alfaraz dijo...

Olga, piensa que hasta en Sevilla te puedes cansar del acento sevillano. Avisada estás.


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Alfaraz dijo...

Muy atinada cita, Onda,
Se me ocurre que otro asidero de esa Andalucía ida es el propio Adriano.
Ya sabemos que la "Telefonía Celeste" se completa por la vía cibernética. Via Blog, vaya...


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