En crespa tempestad del oro undoso
nada golfos de luz ardiente y pura
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello deslazas generoso.
Leandro en mar de fuego proceloso
su amor ostenta, su vivir apura;
ícaro en senda de oro mal segura
arde sus alas por morir glorioso.
Con pretensión de fénix, encendidas
sus esperanzas, que difuntas lloro,
intenta que su muerte engendre vidas.
Avaro y rico y pobre, en el tesoro,
el castigo y la hambre imita a Midas,
Tántalo en fugitiva fuente de oro.
FRANCISCO DE QUEVEDO. SONETO 449.
nada golfos de luz ardiente y pura
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello deslazas generoso.
Leandro en mar de fuego proceloso
su amor ostenta, su vivir apura;
ícaro en senda de oro mal segura
arde sus alas por morir glorioso.
Con pretensión de fénix, encendidas
sus esperanzas, que difuntas lloro,
intenta que su muerte engendre vidas.
Avaro y rico y pobre, en el tesoro,
el castigo y la hambre imita a Midas,
Tántalo en fugitiva fuente de oro.
FRANCISCO DE QUEVEDO. SONETO 449.
Ed. de José Manuel Blecua ( Madrid 1969, Castalia).
(A EFECTOS VARIOS DE SU CORAZÓN FLUCTUANDO EN LAS ONDAS DE LOS CABELLOS DE LISI)
(A EFECTOS VARIOS DE SU CORAZÓN FLUCTUANDO EN LAS ONDAS DE LOS CABELLOS DE LISI)
3 comentarios:
Quevedo es único y absolutamente genial, aunque como persona era poco recomendable.
La Moss da el tipo de canalla, así que es de un morbo insuperable.
Hola poeta, haciendo referencia a la " hermosura" de letras que me enviaste. Gracias, eres un cielo.
Cielo , no se si lo fue Quevedo o lo es la Moss , aunque no dan el prototipo, no.
Ahora bien, la poesía del clásico si que te lleva a las alturas, y entre ícaro y Midas se adapta perfecta a los hechos.
Gracias por tu ingeniosa combinación.
Ah Quevedo! No se porqué, pero me parece tan contemporáneo como la Moss.
Querida Mrgrt...tú siempre tan amable !
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