martes, 4 de agosto de 2009

A sangre y fuego


Va camino de convertirse en un lugar común el decir que el prólogo de Manuel Chaves Nogales a su libro de relatos de la guerra civil "A sangre y Fuego. Héroes, Bestias y Mártires de España" viene a ser un ejemplo de honestidad personal y un modelo contra el maniqueismo con que se suele tratar el tema. Y es posible que esto sea así, pero cuando uno lo lee tres o cuatro veces se le van encontrando algunos peros.

De Chaves Nogales, conocíamos la biografía de Juan Belmonte y su ensayo La Ciudad, pero es cierto que en el primer caso leíamos a Belmonte y en el segundo leíamos sobre Sevilla, en ninguno a Chaves Nogales. De aquello hace más de quince años, y recuerdo haber visto en las librerías los dos tomos que editó la Diputación de Sevilla con las obras completas que entonces nos parecían inalcanzables. Ahora busco esos dos tomos y veo que han multiplicado su precio por diez, así que en realidad eran baratísimas.

El prólogo, decíamos, tiene mucho de justificación ante el mundo y ante sí mismo por su salida de najas cuando la guerra española empezaba a ponerse color almagre, que fue muy pronto. El texto, que me parece muy en la línea de los que se pueden escribir hoy a nivel político; busca la objetividad forzando una simetría entre los bandos que no siempre resulta. Arrea estopa a ambos lados con parecida intensidad situándose en un plano de superioridad intelectual. Si ahí residen las virtudes metaliterarias del prólogo, se las concedemos. ¿Qué el maniqueismo es mucho más sutil de lo que estamos acostumbrados tratándose del tema que se trata? Concedido también.

Pero no todo es prólogo, ni se puede reducir a Chaves Nogales a un prólogo; están los nueve relatos magníficos, rápidos... y desoladores; ambientados en la guerra y que , al parecer, están todos basados en situaciones y lugares reales. Mi favorito es Y a lo lejos una lucecita , absolutamente original en argumento y desarrollo.
Eso sí: los personajes en estos relatos de Chaves Nogales suelen ser gitanillos de corazón noble, que son disparados a boca de jarro por señorito a caballo (preferiblemente marqués), también tenemos algún cura trabucaire que se tira al monte para liquidar campesinos que a duras penas consigue arrancar a la tierra el sustento para su familia. Y así todos.
Muy recomendable lectura, seguro, siempre que no se carguen las tintas en cuanto a equidistancias, ni hagamos caso a los apologetas más radicales que -casualidad- suelen ser periodistas.

En la fotografía de arriba, nuestro autor con el Arzobispo de Canterbury en 1942, viendo los destrozos de la catedral tras los bombardeos alemanes. Procede del archivo de su única hija superviviente Pilar Chaves Jones, y se publicó en Babelia del 28 de febrero pasado dentro de un reportaje que se le dedicó al periodista con motivo de varias reediciones de sus obras. La de abajo es una de estas, de la Colección Austral de Espasa Calpe, 2009.







9 comentarios:

Joaquín dijo...

Tampoco hay que pasar la lectura de El maestro Juan Martínez que estaba allí, que también se acaba de reeditar.

Alfaraz dijo...

Pues sí, lo tengo pendiente. En caso de que ya lo tengas leído esperaremos tu impresión.

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Joaquín dijo...

Es un relato verdaderamente insólito, unas memorias imaginarias de un flamenco que viaja a Rusia, en tiempos revolucionarios. Lo leí hará ya algunos años. La impresión divertida no se me borra.

enrique dijo...

Tomo nota.
Gracias.

Olga Bernad dijo...

Pues yo también tomo nota, como Enrique.
Es casi lo único que puedo hacer siempre que vengo.
A veces pienso que os lo habéis leído todo...
Saludos.

Alfaraz dijo...

Tomo nota de vuestras anotaciones.
Fíjate Olga, yo solo he leído parte de lo que Joaquín y Enrique me han recomendado.

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José Enrique Viola Nevado dijo...

Para su seguro servidor la mejor novela sobre la Guerra Civil y sus prolegómenos es el 'Mono Azul' de Aquilino Duque. Y si me parece que el autor se centra más en el horror que en defender o equiparar a tirios y troyanos.

Alfaraz dijo...

Pues gracias por la recomendación don Henry.
Como todavía no he leído ese conocido título de Aquilino Duque y veo que lo tienen en una librería gaditana, se lo voy a encargar a mi -también augusta- madre, de sempiterno veraneo en la bahía de Cadiz.

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Alienigena in alia terra dijo...

Yo he leído el libro y me parece que tu libro no traía los nueve cuentos, sino sólo la mitad, y le arrea estopa a los dos bandos. Y como bien dices tú, escribe un prólogo procurando ser equidistante de ambos bandos, como se haría hoy en día. KLo que olvidaste mencionar es que él lo escribió hace 70 años, en pleno conflicto. Me parece que Chaves Nogales fue más ecuánime que tú en su juicio.