miércoles, 12 de mayo de 2010
Aquellas piedras erguidas
Decíamos ayer que en uno de sus óleos, Gordillo imaginaba a Sartre viendo llegar el Pop. Doble mérito el que nuestro pintor atribuye al filósofo frances, pues además de suponerle una cierta clarividencia capaz de anticipar la llegada de la cultura de masas, el bueno de Sartre debería hacerlo con sus ojos disímiles, lo cual añade mérito al visionado.
Sea como fuere, la querencia del francés por los libros parece retrotraerse a su infancia más tierna en la que otorgaba a los libros de la biblioteca paterna poderes casi taumatúrgicos, y así no cuesta nada creer que fuera capaz de adivinar la llegada del Pop.
Todo viene porque el texto de abajo lo leía hace unos dias, y me lo recordó —además de Gordillo— esta fotografía en la que la señorita abrigada compone su figura ante esa magnífica pared de piedras erguidas.
«No sabía leer aún y ya reverenciaba aquellas piedras erguidas: derechas o inclinadas, apretadas como ladrillos en los estantes de la biblioteca o noblemente esparcidas formando avenidas de menhires. Sentía que la prosperidad de nuestra familia dependía de ellas. Yo retozaba en un santuario minúsculo, rodeado de monumentos pesados antiguos, que me habían visto nacer, que habrían de verme morir y cuya permanencia me garantizaba un porvenir tan tranquilo como el pasado».
Jean-Paul Sartre. LAS PALABRAS. Editorial Losada (Buenos Aires 1966).
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5 comentarios:
"Las palabras" me parece un libro maravilloso. Su recuerdo y el de la foto de este post me van a acompañar en la incursión de este año en la feria madrileña de libros viejos.
El libro como monumento, su presencia física que ya deja una impronta, toda la sugerencia de lo importante y el misterio y la sabiduría. "Monumentos pesados antiguos". La pregunta que se me ocurre es: ¿hubiese podido escribir esto en un mundo invadido por el e-book?
No lo sabemos.
Aunque lo importante sigan siendo "las palabras", su envoltorio cambiará nuestra manera de mirarlas. De esa biblioteca de avenidas de menhires a... cosas veredes, amigo Sancho;-)
Salu2.
Pues Olga, estoy seguro que más de un lector de tu Andábata se lo ha pedido en versión e-Book. No lo descartemos.
Bss
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Recuerde, Rem, que conviene evitar las horas puntas del fin de semana. O tendremos que repasar las bateas desde la tercera fila.
Por cierto, le relaciono remotamente con la familia S.-T. pero estoy algo perdido.
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Sartre es un ¡grande! Me has traído a la memoria cuando por primera vez, empecé a leer, de hecho tengo esa anécdota en mi blog, nada más que en vez de piedras eguidas, o en una biblioteca, estaban en unas cajas que abrí poco a poco, una a una, esas cajas habían sido olvidadas por mi papá, cuando se divorciaron mis papás y el se mudó. Y justo ahí, en esos momentos, fué cuando empecé a conocer a grandes escritores, que hoy, junto con lo que he vivido, conforman los viajes de mi vida.
Bellísimo relato Alfaraz, me gusta el nombre de tu blog. Alcatraz, alfajores, azafrán...
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