jueves, 9 de diciembre de 2010

Luces de la ciudad


Pensándolo ahora en frío pareciera que abandonada la ética, se fuera camino de hacer lo propio con la estética. Pero claro, en los comentarios de ayer bajando la Carrera de San Jerónimo no había lugar a opiniones frías por mucho que se rondara los cero grados.

A los menos avezados (o no tanto) habrá que aclararles que la fotografía no corresponde a un Club de carretera (¡ojo! evitemos los prefijos) ni siquiera a un casino de Las Vegas de esos que imitan trazas remotamente neoclásicas. Se trata del Congreso de los Diputados, cámara baja (bajísima) y la imagen no ha sido manipulada ni digitalmente ni de cualquier otro modo. Como ayer no fue el caso, hoy seremos comedidos y evitaremos esas metáforas que saldrían como cosa natural.



10 comentarios:

enrique dijo...

Club de carretera secundaria, más bien.

Cierto es que la ética y la estética van de la mano. Que se lo digan a Besteiro, que fue catedrádico de aquello.

Alfaraz dijo...

Fíjate Enrique... lo que te estás perdiendo!



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José Enrique Viola Nevado dijo...

La técnica es lo más antiguo del mundo: se rejuvenece, se maquilla y se pone a hacer la calle.

Alfaraz dijo...

Así es D. Henry, en este caso de pone a hacer la carrera. De San Jerónimo, digo.



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Anónimo dijo...

Es hiriente...
A. Agr.

Buenos dias con Poesía dijo...

Pues yo aprovechando la Navidad, le ponía unas lucecitas de colorines alrededor del triángulo para que se vea bien desde la carreterita esa del Jerónimo (lo del "San" está en periodo de revisión).

Anónimo dijo...

Ergo, la soberanía popular reside en un puticlú.

José Enrique Viola Nevado dijo...

En las Vegas anhelan la dignidad de lo clásico y aquí que la tenemos (o teníamos) nos ponemos a imitar a las Vegas.

Propongo el verbo 'putiferar' para explicar todo esto.

Olga Bernad dijo...

¿Pero esto es por Navidad o por gusto?
Con las ganas que yo tengo de ir a Madrid...

Alfaraz dijo...

Será por (mal) gusto Olga. Pero que no te quiten las ganas.


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