Como queriendo dar la razón a los agoreros del libro, leíamos el viernes sobre la posible desaparición (y van...) de la emblematica librería Fuentetaja en San Bernardo 35. Ni es la primera ni será la última pero le tenemos especial aprecio a su hermana pequeña dedicada al libro de lance; siempre a media luz, con sus estanterías de diseño y su pretendido aire new bohemian.
Mientras las librerías buscan la fórmula de la permanencia, las editoriales hacen lo propio y ya nos sorprendió hace unos meses la nueva colección de bolsillo de Alianza Editorial, que supone un aggiornamiento de la mítica colección en la que la impronta del gran Daniel Gil pesa demasiado. Los de ahora son más flexibles, pesan la mitad y no parecen desguazarse a la primera de cambio, pero por contra, las portadas no tienen la fuerza de aquellas que recordamos de hace por lo menos 30 años y de las que hay ejemplares que no se nos despintan de la memoria. Tardaríamos en saber que eso que hacía Daniel Gil es lo que ahora llaman "poesía visual" y aquí van tres ejemplos, alguno de lectura obligatoria en el colegio.
Para el que le parezca poco, puede consultar aquí la colección casi completa y jugar a ver cuantas recuerda de su infancia y primera juventud. Un dia llegará en que desaparezcan casi todos los ejemplares de la colección en papel, y todavía podremos consultar por aquí la versión digital. Es lo que tienen los kilobytes.
5 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo con lo que escribes sobre las nuevas cubiertas de Alianza que son lo mismo, pero no lo son; dando como resultado un falso Daniel Gil descafeinado o light. Las cubiertas de Gil gustaban mucho o gustaban menos, pero todas tenían un elemento de riesgo creativo detrás, multiplicado en el momento en que vieron la luz por primera vez. Copiarlas hoy es un recurso banal, que es el paralelo a nivel tipográfico y de diseño de todas esas películas de Hollywood que son un remake de la tv de los años setenta.
He encontrado en la Fuentetaja de lance varios libros queridos; el conde-duque de Marañón en su primera edición y el Tiberio del mismo doctor, así como un libro sobre las casas de Segovia de Martínez de Pisón, por poner sólo tres ejemplos.
La Fuentetaja anterior -la del caserón del siglo XVII- me gustaba bastante. La última vez que visité la nueva -con cafetería incorporada- me decepcionó grandemente; tenían poco fondo editorial y los dependientes no tenian de idea de lo que les hablaba...
Así que hace tiempo que no entro, a pesar de que mi hermano poeta vive a escasos metros.
Pensábamos que la reforma que le hicieron a la librería le auguraba larga vida y parece que no es así. Esperemos que se salve la Fuentetaja de lance, cuyo librero sí que sabe de qué habla.
Se me ocurre, Mr Quaker, que lo procedente con Alianza Bolsillo habría sido un cambio radical de diseño que en nada recordarara a una versión descafeinada de Daniel Gil. Eso parece como querer vivir de las rentas.
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Las portadas eran muy buenas y el formato también. Desde que lo cambiaron creo que compro menos libros de alianza.
Otro tipo que hacía portadas sugerentes, salvando las distancias, era el ilustrador de las portadas de las novelas de Agatha Christie de la editorial Molino. Desconozco quién era pero su horror vacui me parece encantador.
A.A.
Pues sí, tiene un punto lisérgico, sin llegar al bizarrismo.
Mr. Tom Adams, pase ud. a nuestro universo icónico.
Gracias A.A.
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