viernes, 27 de mayo de 2011

Rafael o Proclamación de la primavera


Creo que no se ha dicho nunca que un año antes del Teodoro Castells de Rosa Krüger, el personaje quedaba ya preconfigurado por Rafael García Serrano, pues su Eugenio comparte el mismo espíritu de sacrificium, el mismo ideal de amor puro e idéntica esperanza en el futuro, que sería el arquetipo que acabaría marcando una generación. Las distancias quedan salvadas si aclaramos que Rafael empieza a escibir su breve novela con 18 años mientras que el novelón de Sánchez Mazas puede considerarse obra de madurez.

Algunos han querido ver en García Serrano la versión bronca y por desbastar de cierto grupo de escritores de posguerra a los que —en casos estrictamente necesarios— no quedaba más remedio que reconocer su calidad. Nada más lejos de eso que este Eugenio, que a pesar de escrito en pleno fragor prebélico, todavía carga de poesía sus renglones, hasta cuando nos describe lo que llama pedagogía de la pistola y cuyo protagonista —nuevo Martín Vázquez de Arce— elige la muerte de voluntad una tarde de mayo madrileña.

La fotografía de R.G.S. en 1935 procede del Estudio Lagos, que como ya se dijo por aquí, ha pasado a la colección de la Biblioteca Nacional de España.







2 comentarios:

enrique dijo...

Alguno de los que te refieres bien podría ser Trapiello.
Está claro que la calidad es la calidad, allí donde se encuentre

Alfaraz dijo...

Es uno de ellos, desde luego.


.