sábado, 31 de mayo de 2008

La flor de Lancaster


Las crónicas cuentan que la rubia y delicada Catalina de Lancaster (Hertford 1373) aceptó de buen grado el matrimonio que a los 14 años se le impusiera con su primo Enrique (más tarde el III de Castilla) y que no fue impedimento que este tuviera 9 años. Nobleza obliga -realeza más- y era al fin y al cabo nieta de Don Pedro I. Titulados Príncipes de Asturias, se mantendrá ese nombramiento desde entonces para todos los herederos de la corona.

Viuda joven y nada interesada en el gobierno del reino que como regente tiene atribuido hasta la mayoría de edad de su hijo Juan II, delega en su valida Doña Leonor López de Córdoba.
Puede de esa forma dedicarse a sus fundaciones reales entre las que destaca el monasterio de Santa María la Real de Nieva (1395) donde en los capiteles aún campea su escudo de los tres leopardos pasantes.
Señora de Atienza, envejecida y aquejada de hemiplejía toma bajo su protección a los frailes franciscanos de esta villa reconstruyéndoles el monasterio en el más puro ejemplo de gótico inglés de toda España.

Conocida Nieva, buscamos esta tarde en Atienza la huella Lancaster y allí nos cuentan que la Desamortización de 1835 supuso el fin del monasterio. Rodeamos el ábside que es lo único que queda -y en manos privadas- mientras nos dicen que tiene los arcos cegados porque durante un tiempo se usó como depósito de agua.
Y es entonces cuando echamos de menos un Rodrigo Caro que cante el esplendor ido.













4 comentarios:

enrique dijo...

Magnífico post.
Conozco ese monasterio del pueblo segoviano de Santa María la Real de Nieva, de largo y hermoso nombre. Es una de las mejores muestras góticas que hay en mi queridísima Segovia.
Es curiosa y poco conocida para el común la estrecha alianza existente, sobre todo referida a vínculos matrimoniales, entre la Castilla medieval (trastámara y anterior) con Inglaterra.
Esta reina Lacanster es un ejemplo, como lo fue anteriormente Leonor Plantagenet. Magníficos los leopardos pasantes del escudo de su sepulcro de la Huelgas Burgalenses, al lado de su esposo el Rey Alfonso VIII.

Alfaraz dijo...

Vaya, me alegro que te guste.

Pues sí, estas monarquías medievales tendían a cruzamientos curiosísimos.
Y se adaptaron bien, a Catalina no se le pasó por la imaginación volverse a Inglaterra.

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Morgenrot dijo...

Alfaraz, he leído dos veces este post y no he hecho comentario hasta ahora, pues la historia que cuentas la conocía, pero no la recordaba con detalle.

Creo que ya sé de dónde me viene el conocimiento de los personajes y edificios, pues no he estado en esa parte de la provincia de Segovia.

Lo estudié en Historia del derecho.

Magnífico y bellísimo tu post.

Alfaraz dijo...

Vaya Mrgnrt., veo que tu tambien eres de las jurídicas.
Estdudie Derecho, pero desgraciadamente nada de los Lancaster...aunque no me extrañaría haberlo olvidado.

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