Rafael García Serrano dispara con bala. Y no me refiero a su etapa militar, de la que nos dejó testimonio en novelas como La fiel Infantería o Plaza del Castillo.
Ayer empecé su libro La gran Esperanza y me refiero a lo que comenta de Xavier Zubiri que fuera su profesor allá por 1934.
"No sé si el señor Zubiri era entonces sacerdote o ya se había casado o simplemente estaba supernumerario, o digamos, a las órdenes del cardenal primado, que yo suponía que era para el cuerpo sacerdotal como el ministro de Guerra para el cuerpo de oficiales, o si ya había sido desacralizado, raspándole con lija los dedos ungidos. Vestía de paisano, pero yo siempre me lo imaginaba curita elegante, con zapatos de hebilla, porque así me lo había descrito un profesor amigo, Humberto Pérez de la Ossa que además explicaba el caso:
- Roma no quiere perderlo de ningún modo, porque es él quien pondrá Santo Tomás al día. "
LA GRAN ESPERANZA (Ed. Planeta 1982) Pg. 23. PREMIO Espejo de España 1983.
2 comentarios:
He leido bastante sobre Zubiri, sobre todo a través de su alumno Julián Marías.
En sus memorias lo cita a menudo, sobre todo cuando habla de la facultad de filosofía en la que estudió y tuvo como maestros a Ortega, García Morente, Gaos y Zubiri. Como dice Marías, la mejor facultad del mundo.
Zubiri era sacerdote; al llegar la república siempre vestía de paisano, con trajes oscuros y de buen corte, al decir de Marías.
Es curioso advertir como Marías dice que el saber de Zubiri era enorme, quizá excesivo. Tenía un inmenso conocimiento filosófico, aunque era sobre todo un teólogo. Sus clases eran muy duras pero iluminadoras, sigue comentando Marías, aunque muy pocos le entendían. Después se secularizó como sacertode, para casarse con la hija de Américo Castro.
Dirigió la tesis doctoral de Julián Marías que fue suspendida por un tribunal contrario a Ortega y al propio Marías, al que veían como un peligro orteguiano.
Después de la guerra fue brevemente profesor en la Universidad de Barcelona. regresó a Madrid pero no quiso enseñar en esa facultad llena de depuradores y escolásticos.
Vivió después una vida retirada, dedicada a cursos privados. Vivió en la calle Núñez de Balboa, creo que en 83, donde está ahora la Fundación Xabier Zubiri. Escribió poco; su magna obra es el volumen titulado Naturaleza, historia, Dios.
Marías tuvo pasado el tiempo, según dice, algún desencuentro y decepción personal con Zubiri, pero su amistad duró hasta el fallecimiento de Zubiri en 1983.
Finalmente Enrique, no sabemos si puso a Santo Tomás al dia, como le dijeron a García Serrano.
Sí sabemos que a pesar de ser creyente, se hizo enterrar en el cementerio civil de Madrid.
Una curiosidad, desde luego.
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