jueves, 23 de septiembre de 2010
Las 4 calles
Conste que las cuatro calles del título del cuadro son en realidad tres, Alcalá y las dos que la atraviesan; a este lado Sevilla y a aquel Virgen de los Peligros. En mi pueblo dirían que son cuatro cantillos y los cuatro son reconocibles por la cuadriga del Banco de Bilbao y la vista al fondo de las Calatravas y la torre de La Unión y el Fénix.
Y viene al caso porque, hoy que empieza el otoño, se nos representa como la versión urbana de aquellos cuadros de estación que los clásicos figuraban como catálogo de productos de temporada y los oficios del momento. Aquí, parece estar amaneciendo y la calle mojada del relente o la lluvia sólo la cruza lo que parece ser un sereno que apaga las farolas. Este despligue de azules salió del caballete de José María Ybarra en los años 1950 y se quedó en la colección propia.
Corto recorrido que el crítico Ramón Faraldo se empeñó en justificar en aquel catálogo que ya comentamos.
«Este cuadro figura aquí por ser como es; más que por ser de quien es. El lugar, la luz, la soltura técnica sugieren a través de esta tela, como de otras de la misma mano, que su autor pudo dedicar a lo que dedicó su vida, pero pudo tambien profesionalizarse en la pintura. Comparando esta obra de aficionado con otras muchas de pintores de oficio, el oficio sale mal parado y la afición, la intuición, bastan a quien siente la pintura para pintar, substantivamente».
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7 comentarios:
Muy bonito, pero parece más invernal que otoñal.
Por cierto, en una ventana de esas que aparecen en el cuadro, estoy yo ahora mismo tecleando estas letras.
Un saludo
Magnífica cuadro.
Que yo sepa, las cuatro calles son la Carrera de San Jerónimo, Sevilla, Cruz y Príncipe, según recuerdo haber leido en el libro de Répide...
Javier, suerte la tuya, una oficina con vistas. Yo ando por un zulo que ni se cuando es de dia ni cuando las noches son.
Tienes razón Enrique, el caballete debió estar plantado poco más o menos junto a la boca de metro Sevilla, pero mirando en dirección Alcalá-Calatravas. O sea, la opuesta a las 4 calles de Répide.
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Soy el anónimo agradecido de otra ocasión: me ha extrañado que no hayas hecho mención de la exposición sobre Wyndham Lewis en la Fundación March. Tipo curioso, como curioso era T.E. Hulme que tanto influyó en nuestro Ramiro de Maeztu. Reitero mi agradecimiento
Pues sí amigo, Lewis nos visitó fugazmente en febrero aprovechando la exposición de la March.
A Hulme, yo personalmente no tenía el gusto, pero me pienso ponerme con él. Gracias por la pista.
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Ah, disculpa el despiste! se me había pasado la entrada. A.agradecido
Muy descompensadas las farolas...
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